Una cadena de residencias para mayores compra el solar abandonado de Las Siervas de Cartagena
La mercantil Ballesol, que gestiona alojamientos para personas retiradas en toda España, prepara un plan para dar uso a la parcela a corto plazo
El solar que estuvo ocupado por el convento de Las Siervas hasta su demolición en 2001 y que ha sido pasto de la maleza en ... los 21 años siguientes tiene por delante una nueva oportunidad para ser algo más que otra parcela baldía, de las 217 que hay en el casco histórico. La empresa Ballesol, que gestiona residencias y apartamentos en complejos de lujo para personas mayores en toda España, la compró recientemente. Su reto, ahora, es construir allí un establecimiento que cumpla a la vez con las exigencias urbanísticas y de uso que tiene el solar y con su propio concepto de negocio.
Directivos de esta empresa puntera en su sector visitaron Cartagena interesados por esta parcela y han valorado su céntrica ubicación y sus posibilidades antes de formalizar la compra, hace pocas semanas. Asimismo, las autoridades municipales tienen conocimiento de la adquisición y de las intenciones que los compradores tienen de darle aprovechamiento a corto plazo. Ahora queda por concretar la licencia que los nuevos dueños piden, para saber qué tipo de establecimiento quieren abrir allí, teniendo en cuenta que en la actualidad solo esta permitido hacer un hotel o un alojamiento análogo.
La mercantil tiene dos divisiones complementarias. En una están las residencias geriátricas propiamente dichas, preparadas para acoger a personas dependientes. Los servicios que ofrecen hacen hincapié en los cuidados médicos tanto después de operaciones como para dolencias crónicas y degenerativas.
Lo más parecido a un hotel
Según las fuentes consultadas por LA VERDAD, el solar de Las Siervas responde mejor a la segunda actividad que tiene Ballesol, dado que allí solo se puede autorizar ahora mismo un hotel o un establecimiento análogo. En esa categoría puede encajar la decena de complejos de apartamentos y suites especialmente destinados a personas jubiladas con elevado poder adquisitivo que gestiona la mercantil. Esta ha cultivado un tipo de negocio que no se limita a proporcionar a los jubilados un lugar acogedor en el que vivir su retiro con tranquilidad y comodidad. Sus instalaciones cuentan con zonas verdes amplias y bien equipadas, alguna de ellas con piscina, y con porches y terrazas para los pasatiempos, el esparcimiento y otras formas de aprovechar el tiempo libre. El conjunto se asemeja más a un resort vacacional que a lo que tradicionalmente se ha considerado que es un geriátrico.
En el caso de Las Siervas, hay un posible inconveniente y es que el solar no llega a los 10.000 metros cuadrados de superficie, lo cual podría limitar la dotación de espacios libres, incluidas las zonas ajardinadas y deportivas y la posibilidad de incluir una piscina. Sin embargo, a su favor tiene que se encuentra a menos de cinco minutos andando de los principales museos y atracciones turísticas y, al mismo tiempo, el acceso en coche desde la autovía A-30 es por dos vías de cuatro carriles: el paseo de Alfonso XIII y la calle Ángel Bruna.
Contar con un alojamiento para personas mayores en Cartagena complementaría la implantación de Ballesol en el área de Levante, ya que dispone de otras en Almería, la Costa Blanca (Alicante) y Valencia. La que gestiona en Barcelona completa las cinco con las que cuenta en provincias de la costa mediterránea. En Madrid la empresa dispone de otros tres establecimientos. Asimismo, cuenta con tres más en el norte: Bilbao, Zaragoza y La Coruña. Con ellas ha conseguido estar presente en siete comunidades autónomas.
El negocio del cuidado de la salud, sobre todo de las personas mayores, experimenta un importante crecimiento en España, más acusado conforme envejece la población. Además, no solo se trata de contar con el cliente nacional, sino también con que haya personas que acudan de países de la Unión Europea con climas fríos, conscientes de que en España y tienen asegurados prácticamente las mismas coberturas si se ponen enfermos y de que, en especial al borde del Mediterráneo, gozarán de un clima mejor.
Una hueco por llenar
En Cartagena han proliferado en los últimos años las residencias para mayores. Sin embargo, la mayoría tienen un perfil orientado a la atención sociosanitaria y asistencial. Faltan las que incluyen opciones atractivas para esos clientes que pretenden disfrutar de su jubilación en un entorno que ofrece la oportunidad de un vida casi independiente y con muchas opciones de ocio, aparte de unos servicios que aseguren también su buena salud.
Una década sin el proyecto prometido y otra para intentar revertir el terreno
Diez años de intentonas fallidas para convertir el solar de Las Siervas en un hotel de lujo dieron lugar a otra década en la que el Ayuntamiento se convenció del fracaso e intentó recuperarlo. Esta es la conclusión más evidente al revisar la cronología de lo sucedido con ese terreno desde la autorización municipal del derribo del convento, que en 2001 ya fue polémica.
La Concejalía de Urbanismo buscó de inmediato a alguien que lo adquiriera. Y acordó su traspaso a la empresa Cartagena Suites, en la que el empresario Javier Gómez Vizcaíno era una de las cabezas visibles. La entrada como socio de Posadas de España, cadena con prestigio en el sector hotelero, dio credibilidad al plan de hacer allí un hotel de cuatro estrellas. Sobre todo en una época en la que se hablaba de la necesidad de contar con establecimientos de calidad para convertir Cartagena en puerto de salida de cruceros.
El proyecto inicial cambió pronto para incluir más instalaciones y un aumento de categoría, hasta las cinco estrellas. Pero mientras se sucedían los trámites en los despachos, el solar seguía sin tocar. Así ha continuado hasta ahora. Los únicos usos que ha tenido han sido como ubicación, en una ocasión, de la pista de patinaje que se suele colocar en Navidad, y para albergar alguna atracción de feria.
En los últimos años, los intentos del Ayuntamiento de revertir el convenio con Cartagena Suites tropezaron con las exigencias de esta mercantil. De inmediato reclamó 2,4 millones de euros, correspondientes al precio que pagó por hacerse con él, unido a las inversiones que decía haber realizado para construir allí un hotel.
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