El 'Black Friday' suma incertidumbre a la campaña navideña en Cartagena

A la inflación, que repercute directamente en el poder adquisitivo de las familias provocando la contención en las compras, se suma la llegada tardía del otoño y el mantenimiento durante la mayor parte de esta semana de ofertas de las suaves temperaturas, lo que ha hecho poco apetecible indagar en la colección de temporada. Todos estos factores externos hacen que las expectativas de empresarios y autónomos decrezcan y la sombra de la incertidumbre marque territorio de cara al inicio de la campaña navideña.

El perfil medio del consumidor también ha variado: presupuesto ajustado, comparativas estudiadas e ideas claras. «El cliente se ha vuelto más exigente y crítico, sabe lo que quiere porque está bien informado. No se deja llevar por los impulsos de las gangas y compra aquello que realmente necesita y le funciona. Hay poco espacio para los caprichos. Así, es muy difícil hacer previsiones», asegura Miriam Jiménez, dependienta de una tienda de ropa del centro.

Una teoría que corrobora Carmen Bernabé a su paso por la Calle Mayor. «He venido a echar un vistazo con la lista cerrada de los regalos de estos Reyes. Solo he podido comprar un par de cosas, con las que me he ahorrado veinte euros».

«Al final, todo esto es prescindible. Ahora mismo como está la vida de cara, afrontamos los gastos necesarios porque los sueldos no se pueden estirar más», apostilla su hermana y acompañante Lucía Bernabé.

En Espacio Mediterráneo aseguran que la afluencia de clientes se ha superado en un 6%, según su directora de Marketing, Pepa Egea. Unas visitas que no se traducen necesariamente en compras, dado que en estos días el centro comercial ha programado gran variedad de actividades de ocio.

En el centro de la ciudad advierten una reducción de las ventas desde verano. En su mayoría, establecimientos de moda estacionales, reconocen que «las transacciones de este 'Black Friday' han estado al nivel de 2021». Dadas las circunstancias, tampoco esperaban tal acogida. En la misma línea que María Saura, de Calzedonia, se sitúa la valoración de Mabel Salas y Silvia Rivas, de la tienda de ropa infantil Sergent Major, «hay un 9% más de ventas que el año pasado».

Algunos negocios, como la librería Santos Ochoa, han hecho frente a estas ofertas sin necesidad de reforzar personal.

Otros, como Spagnolo, estaban preparados para repetir las colas de convocatorias anteriores pero no ha podido ser. No obstante, el balance es positivo. «La campaña ha ido mejor de lo que creíamos. Hemos tenido descuentos de hasta un 40% y los clientes han respondido bien ante la indumentaria más ligera porque el refuerzo de ropa de abrigo sigue en el almacén», asegura María Lloret.

Hay quien no recuerda una campaña tan irregular como ésta desde hace quince años, y quien considera que en Semana Santa se empezó a ver un poco la luz en el comercio local, aunque aún no se han recuperado los números previos a la pandemia. Sin embargo, todos esperan que la Navidad sea un revulsivo para un año irregular en ventas y devolver al comercio su fuerza como motor económico de la ciudad.