El Ayuntamiento de Cartagena busca fondos europeos para ejecutar el carril bici hasta La Unión

«Se valoró en su momento dentro de las acciones de movilidad, en los que tiene una participación muy activa la UPCT, a través de la Cátedra. Este tipo de proyecto precisan de la concurrencia conjunta de ambos municipios a proyectos europeos, que es uno de los objetivos de la nueva asociación de municipios, pues se trata de iniciativas comunes que benefician a los habitantes de ambas localidades», remarcan desde el equipo de gobierno de la alcaldesa, Noelia Arroyo.

La carretera de La Unión es la N-332 que, desde antaño, vertebra buena parte de la costa levantina, incluida la vecina provincia de Alicante. Al ser de ámbito estatal, la inversión debería impulsarse desde el Gobierno central, pero los dos ayuntamientos están decididos a no esperar, tomar la delantera y presentar a un proyecto que cuente con todas las bendiciones y que, sobre todo, seduzca a Europa.

Actualmente este vial cuenta con dos carriles por sentido y numerosos cruces, entre ellos el de acceso al Parque de Seguridad de Cartagena, Media Legua, Vista Alegre y Alumbres. Todo un recorrido bajo la estrecha compañía del ferrocarril de vía estrecha, el Feve, que limita cualquier extensión de la carretera hacia el sur y que deja como única alternativa para tender el carril bici el arcén norte.

Ya en 2012 el Ayuntamiento de La Unión dio por inaugurado el único tramo entre los dos municipios que cuenta con carril bici. Actualmente, con su pavimento en azul desdibujado, es el único que ofrece seguridad a los ciclistas en el poco más de un kilómetro que separa el centro de la localidad y La Esperanza. Costó entonces medio millón de euros su ejecución, según comunicó entonces el ejecutivo municipal del exalcalde unionense, Francisco Bernabé (PP).

«Precisamente la Asociación nace con la finalidad de abordar esos proyectos conjuntos. Ese proyecto ya se planteó en la legislatura de 2011 a 2015 y estamos trabajando para recuperarlo», valoran ahora fuentes del actual gobierno unionense, presidido por el también popular Joaquín Zapata.

Unos 7,5 kilómetros es la distancia que separa el último tramo de carril bici en La Unión y la plaza Puertas de San José (antigua Bastarreche), donde esta futurible infraestructura podría enlazar con los viales ciclistas ya existentes en Capitanes Ripoll y la cuesta del Batel.

Esta infraestructura serviría, además, para vertebrar el territorio de la comarca enlazando por un medio alternativo y sostenible dos ciudad que, según los últimos registros autonómicos, aglutinan a 219.777 y 21.153 habitantes respectivamente, con gran relación laboral y de ocio.

En los últimos años y especialmente desde la aprobación en 2021 del Plan de Movilidad Urbana Sostenible y Accesible (Pmusa), Cartagena ha visto incrementar en gran medida la extensión de sus carriles bici. Del anillo perimetral del centro de la ciudad abordado en la primera década de este siglo se ha pasado a una red más extensa que ya alcanza a la periferia y que está llamada a crecer en el futuro por el Plan Rambla, el nuevo acceso oeste y la Alameda de San Antón. Ilustrativo es el dato, manejado por el gobierno municipal, que indica que en apenas cuatro años esta malla ha pasado de tener una longitud total de 12 kilómetros a los 34 actuales, es decir, 22 kilómetros más.

Sin embargo, en todo ese proceso parece haber pasado desapercibido que el proyecto a La Unión ya venía bastante avanzado al menos desde 2015. Ese año un alumno de la UPCT, Fernando Egea, bajo la dirección de la profesora Pilar Jiménez, quiso poner fin a su etapa universitaria con un trabajo fin de grado (TFG) en el que redactó un estudio informativo de dicha senda ciclable. El mismo está volcado en el repositorio de la Politécnica cartagenera y recoge con todo lujo de detalles el trazado y las soluciones propuestas para garantizar la viabilidad y seguridad del nuevo carril bici en todas sus lindes e intersecciones.

La propuesta de Egea, valorada entonces en 700.872,79 euros, desvía el trazado en algunas partes de la N-332 por caminos rurales que discurren en paralelo y lo hace pasar como ciclocalle por dentro de Alumbres y Vista Alegre para maximizar el número de usuarios potenciales. En el tramo más próximo a La Unión se apuesta por una senda bici, mientras que en el tramo final hasta Cartagena se apuesta por el carril bici segregado.

Entre otros datos interesantes, el documento recoge que, según datos de la Dirección General de Carreteras de la Comunidad, entre el 50 y el 80% de los viajes desde la ciudad portuaria hacia la minera se realizan por cuestiones laborales y que, en el sentido opuesto, sólo entre el 10% y el 50% de los viajes están relacionados con el empleo. Destaca la importancia del ocio y el deporte.

Asimismo, el estudio se detiene en el actual Plan General y resalta que, en el recorrido, confluyen suelo urbanizable sectorizado a la entrada de Cartagena, suelo residencial de media y baja densidad a lo largo de todo el tramo intermedio y suelo residencial de mínima densidad, en el tramo final más próximo a La Unión.