Alumnos de Enfermería de Cartagena sospechan de que la UMU «da largas» a su integración

A poco más de un mes de iniciar el período de exámenes y con muchos de los futuros enfermeros realizando sus prácticas curriculares, los estudiantes de la Escuela de Enfermería de Cartagena tienen un quebradero de cabeza adicional: la aprobación definitiva del convenio de integración de estos estudios por parte del Consejo de Gobierno de la Universidad de Murcia (UMU) en los plazos y con las condiciones comprometidas. Está pendiente desde febrero, que si bien podría parecer poco tiempo teniendo en cuenta los retrasos que suelen acumular los proyectos estratégicos de Cartagena, hay que recordar que estudiantes de diferentes promociones llevan más de tres décadas exigiendo una sede propia con los recursos y materiales adecuados para recibir su formación teórica y práctica. En la actualidad exigen que sea en las mismas condiciones que en los campus de El Palmar y Lorca.

«Solicitamos al director académico, Sebastián Cánovas, un borrador del convenio de integración y conocer las fechas previstas, pero no hemos obtenido nada. Solo más desidia», lamentó Vanesa Salas, delegada de tercer curso.

Ante el temor de que los promesas quedaran en saco roto, la delegación de alumnos exigió que la plena integración se realizara de forma «inminente», con las consecuencias que acarrea. «Desde entonces, la sensación que tenemos es que nos han estado dando largas. Y eso que asumimos perder el profesorado que tenemos ahora y cambiar al edificio de la UNED, que no deja de ser de la Comunidad, con lo que seguiríamos estando de prestado. No entendemos la dilación en el tiempo, cuando para que levantáramos el encierro en Antiguones nos dijeron que la plena integración podía ser en dos días», aseguró Salas.

Los futuros enfermeros insisten que tras la firma de un compromiso con los estudiantes y de un protocolo de cesión de la Dirección General de Universidades a la UMU es necesario oficializar la integración con un convenio aprobado por el Consejo de Gobierno de esa institución académica que recoja tanto el plan definitivo para cumplir con sus reivindicaciones.

Mientras tanto, los estudiantes siguen asistiendo a clases entre los barracones del aparcamiento del Hospital del Rosell y la planta baja de Antiguones, sede de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de la UPCT.

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