Alonso Gómez: «El año pasado hubo 17.000 pernoctaciones de 900 personas y 30.000 comidas»
«El albergue está completo desde septiembre con 62 personas, pero tenemos capacidad para ampliar a 80 ó 90 plazas»
El ex alto cargo del PP vinculado a Deportes, Alonso Gómez (Cartagena, 1952) se emociona al recordar la carta de despedida de un usuario ... que encontró trabajo. «Se refiere a nosotros como su familia», dice. En el albergue trata a todos de 'tú a tú' y se interesa directamente por sus asuntos, aunque su actividad es más institucional y «si antes pedía para Deportes, ahora lo hago para la Hospitalidad», reconoce. «Cuando ves la diferencia de cómo llega una persona a cuando te da los 'buenos días' o un 'gracias' sientes una gran satisfacción, y no te digo nada cuando resuelve su problema», asegura Gómez.
–¿Cuándo y por qué comienza su vinculación con la Hospitalidad de Santa Teresa?
–Empezó hace unos seis años, cuando aún era director general de Deportes de la Comunidad Autónoma. Vicente Villar, con quien tenía cierta relación desde que coincidimos en el Ayuntamiento de Cartagena, él como funcionario de Infraestructuras y yo como responsable de Deportes, me propuso ser patrono de la Hospitalidad de Santa Teresa. Estuve cuatro años a su lado. Cuando se marchó, los patronos me propusieron como presidente. Accedí a ser la cabeza visible, pero les advertí que aquí vamos todos a una. Tengo otros ocho patronos trabajando codo con codo conmigo y de forma altruista.
–¿Cómo se sustenta la institución benéfica, con 24 profesionales en plantilla?
–Nuestro presupuesto anual es de 800.000 euros, que lo cubren hasta en un 80% el Ayuntamiento de Cartagena, a través de la Concejalía de Servicios Sociales, y la Comunidad Autónoma. Estamos muy agradecidos también con las aportaciones, económicas y de alimentos, de empresas tales como El Corte Inglés, Mercadona y Upper, así como el Banco de Alimentos.
«Cada caso es un mundo y nuestra meta es que tengan alternativas para dejar de estar en riesgo de exclusión social»
–¿Qué recursos y servicios ofrece la Hospitalidad?
–En la actualidad estamos completos con 62 personas pernoctando en el albergue. Este 'overbooking' no es necesariamente por el frío de ahora, porque el aumento viene de finales de verano. Hemos tenido que desalojar dos almacenes y habilitarlos como habitaciones para acoger cinco camas más, porque estábamos completos. En caso de necesidad, podemos ampliar hasta 80 o 90 personas, como hicimos en época de pandemia, cuando duplicamos la capacidad de las literas.
–¿Relaciona ese incremento con más pobreza en el municipio?
–Desgraciadamente cada vez hay más personas vulnerables, con problemas añadidos, como el consumo activo o las enfermedades de salud mental, sobre las que no se puede generalizar. Cada caso es un mundo y nuestra meta es que tengan alternativas para dejar de estar en riesgo de exclusión social. El Ayuntamiento de Cartagena está haciendo una gran labor, junto con las entidades sociales, para evitar que estas personas en riesgo de exclusión social duerman en la calle. No obstante, hay quienes son reticentes a acceder al albergue y, pese a que comen y cenan aquí, prefieren volver por la noche a su sitio para que no se lo quiten. La calle también tiene sus normas.
–¿Cómo ocupan su tiempo los usuarios del albergue?
–Sus necesidades básicas de alimentación e higiene están cubiertas, pero están sujetos a una disciplina para que su estancia aquí sea lo más provechosa posible. Tienen un horario para las comidas. Después, hacen actividades formativas para mejorar su empleabilidad, y muchos de ellos ayudan en las tareas diarias. Tenemos un centro de informática y como algunos son árabes aprenden español. También disfrutamos de actividades en colaboración con algunos clubes deportivos, que nos dan entradas para que asistan a sus pruebas. Incluso en verano los llevamos a la playa. Están activos. Tienen un psicólogo y un psiquiatra a su disposición para ayudarles.
–¿Son solidarios los vecinos de Cartagena?
–Son gente extraordinaria. El año pasado ofrecimos 17.000 pernoctaciones a 900 personas diferentes y 30.000 comidas. Eso es posible gracias a la solidaridad municipal, de particulares y empresas.
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