'Piropo', de la peña Retorno, gana la carrera de los Caballos del Vino 2024

Si hasta el rabo todo es toro, hasta la cola todo es caballo en Caravaca de la Cruz. Así lo demostró este jueves la peña Retorno que, con su caballo 'Piropo', ganó la Carrera de los Caballos del Vino en este Año Jubilar de 2024 con un tiempo de 8,135 segundos. Corría en último lugar, en la posición 56, y hubo que esperar casi hasta las seis de la tarde para que se dilucidara qué peña se coronaba en este concurso en el que se combina la fuerza del caballo con la destreza y habilidad de los cuatro caballistas que deben volar a misma vez que el equino, sin soltarse en ningún momento de las ramaleras con las que van agarrados al caballo.

A la peña Retorno parece que se le da bien la competición en los años jubilares, ya que en 2017, su 'Piropo', logró una marca de 8 segundos y 125 milésimas, un abrir y cerrar de ojos por debajo del registro de este jueves. En 2009 también obtuvo el primer premio con un registro de 9 segundos, 46 milésimas.

Durante la competición se produjeron muchas carreras nulas, casi la mitad de las peñas tuvieron dificultades para realizar las carreras limpias, sin que los caballistas se soltasen de los caballos. La peña Artesano, con su caballo 'Ansemil', corría en la posición 48 y logró una marca de 8 segundos y 340 milésimas. Esta peña sigue manteniendo el récord de 7 segundos y 713 milésimas logrado en el año 2016. El tercer puesto fue, finalmente, para la peña Luminoso, que corrió en décimosexta posición y que logró un tiempo de 8 segundos y 347 milésimas con su caballo 'Crossing Jordan'.

La cuesta del Castillo se había convertido a primera hora de la tarde en una marea roja y blanca propia de las camisas y los pañuelos de caballistas y visitantes. Son apenas 80 metros, pero es el reto al que se enfrentan cada año los mozos que tienen la responsabilidad de correr con el caballo de su peña. Han sido meses de preparación a fondo, de algunas privaciones y de muchas ganas.

La multitud vibraba con cada carrera mientras que el puesto de control avisaba del inicio, de su desarrollo y también las que resultaban nulas. El dispositivo de asistencia sanitaria tuvo que intervenir en varias ocasiones para atender a algunos mozos que sufrieron caídas durante la carrera.

Tras el alboroto propio del final épico protagonizado por Retorno y 'Piropo', el presidente del Bando de los Caballos del Vino, José Antonio Rubio, daba a conocer el nombre de la peña que había logrado el primer premio del otro gran concurso del día: el del enjaezamiento. Pasaban unos minutos de las siete de la tarde y la marea de caballistas y visitantes llenaba la explanada de la Basílica cuando empezaron a conocerse los mejores trabajos de artesanía desarrollados durante los últimos meses para vestir a los caballos para el día grande de las fiestas. Este concurso sigue siendo un crisol de creatividad donde se mezclan los diseños, los bordados, el montaje de cada una de las piezas y la armonía del conjunto. El resultado de esta mezcla es lo que hoy en día son los Caballos del Vino. Este año, el primer premio se lo llevó la peña Al-Bino, seguida de Júpiter, Universo, Caprichoso y Terry.

Las campanas de la iglesia parroquial de El Salvador fueron las más madrugadoras en la Mañana de Caravaca. A las cuatro de la madrugada se voltearon por primera vez y mientras su sonido se proyectaba por la ciudad, las 56 peñas caballistas ya preparaban sus caballos para ir colocando sobre ellos las piezas de enjaezamiento en un ceremonial y meticuloso proceso que los convertiría en un caballos del vino. La jornada iba avanzando y poco a poco, y mientras tanto, la historia, la pasión, la belleza y el coraje se adueñaban de todos los rincones de la Ciudad de la Cruz.

A las siete de la mañana, con las primeras luces del alba, las campanas volvían a tañer a la misma vez que miles de cohetes se estrellaban sobre el cielo de la basílica de la Vera Cruz anunciando que el gran día había llegado. La ciudad abrió de nuevo sus puertas de par en par para recibir a miles de visitantes que se dieron cita junto a muchos caravaqueños para participar intensamente de todas las actividades de la jornada.

Envueltas en esta sinfonía de campanas y cohetes, las calles y plazas de la localidad eran ya un hervidero de caravaqueños que se preparaban para participar en los rituales que recrean la historia medieval de la ciudad.

Fieles a su cita desde hace más de medio siglo, la peña El Café, cuyos componentes se desplazan anualmente desde Benidorm, repartía tortas y café, con un poco de anís, para quien así lo quisiera, a todos los que se aproximaban hasta la plaza Nueva en las inmediaciones de la parroquia de El Salvador.

La comitiva oficial, con el hermano mayor, Luis Melgarejo, y el alcalde, José Francisco García, al frente, se detuvo en esta pequeña plaza y unos minutos más tarde se dirigía hacia el Monasterio de Santa Clara, en la calle de Las Monjas, para recoger de manos de la priora de las clarisas la Bandeja de Flores. Este acto no fue tan multitudinario como en otras ocasiones por el fallecimiento de una de las religiosas clarisas, sor Rosalía, por lo que la entrega de realizó en privado.

Melgarejo salió del monasterio portando la bandeja y acompañado por el alcalde se dirigieron por la calle Mayor hacia el Templete donde se celebró la Misa de Aparición.

La Bandeja de Flores volvió a estar presente, como en los últimos años, en el interior del Templete donde ocupan un lugar destacado los Reyes Moros, Francisco Martínez y Julia Martínez; los Reyes Cristianos, Andrés Navarro y Guillermina Andújar; y la Amazona Mayor, Andrea López; estaban acompañados, respectivamente, por los Infantes de Castilla, los Sultanes Infantiles y la Amazona Infantil.

Al finalizar la misa, dio comienzo el pasacalles de los Caballos del Vino. Las peñas realizaron un recorrido por las zonas del recinto histórico para regresar al Templete y esperar de nuevo para iniciar el itinerario por la calle Mayor que las llevaría hasta la Cuesta del Castillo donde tendría lugar la Carrera de los Caballos del Vino. Las kábilas moras y los grupos cristianos, acompañando a Sultanes y Reyes, también realizaron su pasacalles que finalizaría en la explanada de la basílica a los pies de la Vera Cruz.

Tras ellos, las autoridades se dirigieron hasta la iglesia de San José, en la calle Mayor, para recoger la Bandeja de Flores que el hermano mayor, Luis Melgarejo, llevó hasta la Esquina de la Muerte para entregarla allí, al inicio de la Cuesta del Castillo, al alcalde, quien la llevaría hasta el interior de la Basílica Santuario donde tuvo lugar la Bendición del Vino y de la Flores, por parte del rector del templo, el sacerdote Emilio Sánchez. Entre las autoridades que se dieron cita en Caravaca para asistir a estos rituales se encontraba la Delegada del Gobierno, Mariola Guevara; el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras , y la presidenta de la Asamblea Regional, Visitación Martínez, entre otras.

El Caballo Histórico subió los pellejos con el vino que, una vez ofrecido a la Vera Cruz, fue bendecido con la Sagrada Reliquia y que después sirvió para bendecir las flores depositadas en el altar ubicado en el centro del templo y todas las que el día anterior fueron ofrecidas a la Vera Cruz en la ceremonia celebrada en la explanada. Antes de la bendición, el regidor caravaqueño pronunció unas palabras para recordar a los caraqueños ausentes, pidió por la paz en las zonas de conflicto y también por la lluvia.

Mientras que en el interior de la basílica tenía lugar el ritual del baño y la bendición, se iniciaba en el último tramo de la cuesta del Castillo la Carrera de los Caballos del Vino que acabó llevándose, con muchas dosis de épica, la peña Retorno y su 'Piropo'.

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