Arte y coraje junto a las murallas

Tradición ·
Un total de 54 peñas caballistas compiten en tres concursos: enjaezamiento, carrera y a pelo

Juan F. Robles

Miércoles, 30 de abril 2025, 00:34

Los orígenes del festejo de los Caballos del Vino se unen en el tiempo con uno de los rituales que se celebran cada año en honor a la Vera Cruz. El ritual de la bendición del vino y de las flores tiene lugar en la mañana del 2 de mayo en el interior de la basílica. El Caballo Histórico, que este año, por primera vez en la historia, subirán hasta el castillo cuatro mujeres, portará los odres con el vino nuevo que se verterá en una jarra de plata que las Amazonas llevarán hasta el altar colocado bajo el crucero de la iglesia para que el rector de la basílica inicie la ceremonia. El sacerdote, tras la bendición del vino, sumergirá la Sagrada Reliquia en el interior de la jarra para rociar con el vino ya bendecido tanto la Bandeja de Flores ofrecida por el alcalde en nombre de todo el pueblo como el lecho de pétalos que cubre todo el altar. Acompañado por el alcalde y el hermano mayor recorrerá el pasillo central del templo para bendecir las flores ofrecidas por cofrades y festeros en la mañana del día anterior.

El festejo de los Caballos del Vino ha evolucionado sin dejar de ser un fiel reflejo de la tradición histórica que nace en el primer tercio del siglo XIII para honrar a la Vera Cruz. Los documentos más antiguos referidos al festejo están fechados en 1765, y detallan los gastos del caballo que anualmente preparaba la orden de Santiago, describiendo también su enjaezamiento. La expresión «Caballo del Vino» era ya usada en 1804.

A finales del siglo XIX los caballos dejaron de transportar el vino pero se mantuvieron como parte de la fiesta logrando, ya desde entonces, una gran participación popular. En 1921 se creó el Concurso de Enjaezamiento. Los caballos se enjaezaban con colchas, mantones y prendas similares valorándose el conjunto, especialmente la bandera y demás accesorios, que se renovaban cada año. Veinte años más tarde se comenzaron a confeccionar piezas bordadas para el enjaezamiento.

En 1980 se creó el Concurso de Caballo a Pelo, realizándose por primera vez al año siguiente (1981).

En 2002 se modifico el concurso de Enjaezamiento, dividiéndose sus participantes en 4 bloques, 15 peñas por bloque. Comenzando a utilizarse en la carrera un sistema de cronometraje sofisticados.

En 2020 fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, reconocimiento que se unió a otras distinciones nivel regional y nacional.

A pelo, carrera y enjaezamiento

Las hermanas Andrea y Natalia López Popescu repetirán este año su experiencia como Amazonas y, junto al Caballista del Año, Juan Antonio Sánchez, vivirán en los próximos días una experiencia extraordinaria en compañía de la junta que preside José Antonio Rubio.

Un total de 54 peñas caballistas participan este año en tres concursos: el de Caballo a Pelo, en la tarde del Primero de Mayo; y los de Enjaezamiento y Carrera que se desarrollan a lo largo de la mañana del Dos de Mayo.

El primero tiene lugar en el barrio del Hoyo en la plaza que lleva el nombre de este popular festejo. En este concurso, los caballos son valorados por su morfología, su estampa, sus movimientos y la reacción que provoca a su paso entre la multitud que los rodea. En las dos últimas ediciones, 2023 y 2024, el caballo ganador fue 'Kilogramo', de la peña Chirinos; en segundo lugar, también los dos últimos años, fue para 'Pampero XXVII', de la peña Zuagir.

Los otros dos concursos, enjaezamiento y carrera se resuelven en la mañana del 2 de mayo. Unos ricos bordados con diseños cada vez más elaborados y unas legendarias carreras en las que se funden la historia, el arte y la pasión de un pueblo que vive y sueña con poder celebrar cada año sus rituales en honor a la Vera Cruz. El arte en los bordados para enjaezarlo y el coraje de los mozos junto a la fuerza del animal, para la carrera, son los elementos más significativos de estos concursos. En la última edición, la peña Al-Bino se alzó con el primer puesto; en segundo lugar quedó la peña Júpiter y en el tercer puesto, la peña Universo.

En el concurso de carrera; en 2024, fue el caballo Piropo, de la peña Retorno, el vencedor en la Cuesta del Castillo logrando un tiempo de 8 segundos y 310 milésimas. El récord de esta competición sigue en poder de la peña Artesano que, con su caballo Ansemil, bajó la marca hasta los 7 segundos 713 milésimas, en 2016.

Los mozos de las peñas compiten anualmente para lograr batir sus mejores marcas y se preparan a fondo durante los últimos meses para intentar lograr el menor tiempo posible en la carrera que se disputa contra el crono junto a las murallas de la fortaleza caravaqueña.