Andrés Carlos López: «Las herramientas digitales son poderosas, pero peligrosas sin formación previa»

-Introdujimos la tecnología en las aulas sin evaluar los riesgos...

-Toda la sociedad, no solo la educación, ha adoptado la tecnología porque ha sido una novedad que ha dado mucha fuerza, ha mejorado los sistemas productivos y el ocio, y lo hemos aprobado con mucha pasión, pero no se han evaluado los efectos perniciosos que contiene cualquier herramienta, que antes de utilizarse requiere un aprendizaje. A nadie se le ocurre dejar que un niño o que cualquier persona coja un coche sin haber pasado antes por una autoescuela. Ningún padre deja a un niño salir de casa sin haberle formado antes: le dice que se cruza en verde, que mire a los lados... Lo que hemos hecho, incorrectamente, es darles un dispositivo sin instrucciones pensando que era inocuo, pensando en los beneficios, y que no había posibilidades de cometer errores. Cuando trabajamos con menores, las herramientas son poderosas, pero peligrosas. Uno puede equivocarse diseñando un coche y parar la fabricación, y se pierde dinero; pero si te equivocas con un joven, puede que no tenga solución. Antes de implantar herramientas digitales en mi centro, pensé que era necesario evaluar riesgos, consecuencias... En todo proyecto educativo hay que estudiar el contexto, cuáles son los materiales con los que te mueves, de qué herramientas dispones, de cuáles dispondrás, y estudiar los riesgos. En 2013, el principal riesgo que percibía la sociedad era la adicción, sin embargo, al investigar con la universidad, descubrí que era el 'ciberbullying', y no se contemplaba.

-Durante la pandemia casi pusimos el móvil en la mano a los alumnos...

-La sociedad ya estaba subida a un barco a gran velocidad para implementar la tecnología: a los ocho años, en las comuniones se regalaba un móvil, muchas madres y padres le daban el teléfono a su bebé en el carricoche para que se entretuviera. Eso ya sucedía, pero la pandemia aceleró exponencialmente un proceso que ya estaba iniciado y que se nos fue de las manos. Resultó muy atractivo tener dispositivos que nos permitían conectarnos. Yo creo en los dispositivos electrónicos como herramientas, pero siempre en un barco controlado por expertos y con formación; la palabra clave es la formación; se nos debe de formar a toda la sociedad y sobre todo a los jóvenes.

-¿Qué le parece la prohibición del móvil para uso personal y recreativo que se aplica ya en los centros educativos de la Región?

-Creo que es una forma de parar para tomar impulso ante lo que está sucediendo. La sociedad se está viendo desbordada, y muchas asociaciones de padres piden que se haga algo. Crear un grupo de expertos es una medida pionera e innovadora. Somos 43 de distintos ámbitos que vamos a trabajar en un proyecto común para generar información que permitirá la toma de decisiones. La sociedad está transformándose a gran velocidad, y demanda soluciones a problemas graves, de adicción, de 'bullying', de acceso a contenidos inadecuados... La tecnología digital es una herramienta tan poderosa que, en lo positivo, es alucinante, puede hacer cosas fantásticas, aprender a una velocidad y de una manera inédita; al mismo tiempo, hay unos riesgos tremendos y hay que equilibrar la balanza a favor de lo positivo. Hay que regular, que informar y que formar desde pequeños, como se hizo con la educación vial en su día.

-Aboga por la escritura a mano.

-Hablo del equilibrio. Que utilices un ordenador no quiere decir que no escribas a mano. La escritura a mano es una habilidad que hemos desarrollado desde hace un millón de años de evolución del ser humano, y eso marca la estructura cerebral. Está demostrado científicamente que estimula el sistema de activación reticular del cerebro, íntimamente ligado al aprendizaje, la memoria. Pero no podemos tampoco victimizar los dispositivos electrónicos en la escuela cuando el problema es social: en España se lee muy poco, y eso era así antes de los móviles. Somos el país con mayor abandono educativo de Europa, y Murcia es la Región con mayor tasa de España. Y eso no tiene que ver directamente con la digitalización. De hecho, el uso total de la tecnología como tal que se está vendiendo no existe en los centros educativos por muchas razones. El problema, más que en los centros educativos, está en la familia. En haber dado un teléfono móvil a los niños antes de la edad legal de que puedan entrar a redes sociales. Y si me habla de la lectura, de no retener lo que leemos, tiene que ver con que los padres no leen en casa.

-La inteligencia artificial es una nueva derivada...

-Voy a impartir, creo, el primer curso de inteligencia artificial para profesores. Dentro de este cambio de paradigma, vamos a tener que variar la forma en que presentamos las cosas, porque ahora las puede resolver rápidamente una máquina, y una máquina está para ayudar. Habrá que explicar las cosas de forma diferente y habrá que preguntarlas de forma diferente. La inteligencia artificial es una herramienta muy poderosa, que va a cambiar todo, pero no tiene la capacidad de crear como el ser humano. Tienes que tener conocimientos previos para utilizar bien la inteligencia artificial.