Alerta en la cabaña de ovino y caprino por un brote de viruela en España
La aparición de 17 focos en Baza y Cuenca obliga a extremar las precauciones para reducir el riesgo de infección de las 877.000 cabezas de la Región
Hace 54 años, desde 1968, que la cabaña ovina y caprina nacional estaba libre de viruela ovina. Una enfermedad vírica –del género 'Capripoxvirus'– que ... no se contagia a los humanos (ni por contacto ni por ingestión de la carne) ni se extiende, según la información disponible, entre los rumiantes silvestres, pero que puede afectar igual a ovejas y cabras y que es endémica en países del norte de África, como Marruecos, Argelia y Túnez, en Oriente Medio y en Asia. «Aún no sabemos cómo ha llegado a España, pero el primer brote se detectó el 19 de septiembre en Benamaurel, en la comarca de Baza (Granada), y luego se extendió a Villaescusa de Haro (Cuenca)», detalla Christian de la Fe Rodríguez, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria e investigador principal del Grupo de Sanidad de Rumiantes de la UMU.
Desde entonces hasta el pasado 18 de octubre, que se notificó el último caso en una explotación, se han detectado 17 focos, todos en Cuenca (8) y en Granada (9), «muy cerca de la zona de influencia del cordero segureño», recuerda De la Fe, en referencia a una de las variedades de cordero autóctonas de la Región que podría peligrar, junto a la cabra murciano-granadina.
Atentos al negocio exterior
La situación es compleja, en cuanto afecta al mercado de ganado español y, en particular, al de la Región que, según datos de 2021, acumulaba casi 877.000 cabezas de ovino y caprino (unas 663.000 ovejas y corderos y unas 213.000 cabras). «Las infecciones no entienden de fronteras y afectan al comercio, además de ser difíciles de manejar», valora el catedrático de Sanidad Animal de la UMU. Además, estos brotes han hecho perder a España el estatus de libre de viruela ovina ante la Organización Mundial de la Salud Animal (Omsa), lo que supone restricciones a la exportación de animales y sus productos, sobre todo los vivos, ya activas en territorios como Reino Unido, Irán y Ucrania, detalla Andrés Cuenca, jefe del Servicio de Sanidad Animal de la Consejería. Esta reacción inicial en cadena está resolviéndose, de momento, satisfactoriamente con los principales importadores de ovino vivo de la Región: Jordania, Arabia Saudí y Libia. Según explica De la Fe, «Libia y Jordania ya han dado el 'OK' a la exportación; está pendiente aún el saudí».
Limitar los movimientos
Por eso, explican desde Sanidad Animal de la UMU, ahora hay que evitar el contacto y el movimiento y traslado de animales vivos desde las zonas afectadas. Si transcurren entre 15 y 21 días sin que se declaren nuevos focos –lo que sucedería, si no aparece ninguno más, después del puente de Todos los Santos–, los ganaderos podrían respirar más tranquilos ante una situación ya más controlada.
Más de 16.000 animales, al sacrificio y otros tantos, confinados
La transmisión principal de «la enfermedad se produce a través de aerosoles de la respiración, ya que tras la viremia, además de máculas y pápulas en la piel, también produce lesiones en órganos internos, como el pulmón, y se libera por las secreciones conjuntivales, la saliva y hasta las heces», explica el catedrático de Sanidad Animal de la UMU, para aclarar que es una enfermedad de fácil transmisión entre ovejas y cabras. El virus puede ser viable fuera del animal hasta 3 meses en la lana y, en zonas sombreadas y sucias de las granjas, hasta 6 meses. Por eso la normativa europea y española exige el sacrificio de todos los animales de las explotaciones en las que aparezcan focos y la desinfección de todas las instalaciones, además de establecer vigilancia sanitaria y control en granjas a un radio de 10 km del foco. Hasta el momento, los ganaderos conquenses y granadinos tendrán que sacrificar más de 16.000 cabezas y han confinado un número similar para controlar el brote.
Mientras tanto, el Colegio Oficial de Veterinarios de la Región y el Laboratorio de Sanidad de Rumiantes de la UMU organizaron el pasado 13 de octubre una jornada 'online' para toda España, difundida por la Comunidad y «en la que participaron 500 personas», para dar herramientas a los técnicos y ganaderos para combatir y frenar la infección. «Hay que actualizar los conocimientos, porque hace más de 50 años que no ha habido casos en España», recuerda De la Fe, que asegura que están en contacto permanente y directo con la Consejería «haciendo el seguimiento».
De hecho, «el próximo 9 de noviembre, la sede de la Consejería acogerá otra jornada, con la participación del consejero Antonio Luengo y todo el sector, para revisar lo relativo a la patología, así como cuestiones relacionadas con la crisis», apunta Cuenca.
El sector, libre del virus, ve peligrar los 111 millones de la exportación
Aplicar con rigor el protocolo de sacrificio en las explotaciones afectadas y la desinfección de instalaciones y herramientas; evitar el movimiento de animales desde esas zonas; y «estar muy vigilantes ante anomalías en el ganado, porque la precocidad es muy importante para frenar la viruela ovina», cita Andrés Cuenca, jefe de Sanidad Animal de la Consejería de Ganadería, como herramientas básicas para evitar nuevos contagios que amenacen al sector.
El control debe ser severo para que «en un plazo breve, 1 o 2 meses como mucho, se erradique el brote; antes de la próxima paridera, para que no haya excedentes de corderos ante la limitación del comercio y bajen los precios», apunta Cuenca.
Lograrlo es clave para los ganaderos, ya que está en juego el negocio del sector que, entre enero y agosto de este año, exportó 29.000 toneladas de ovino y caprino por valor de 111 millones de euros. «Un pulmón para los ovicultores», dice Cuenca, que creció un 44% sobre 2021, con Jordania como principal mercado (50%) y superando a Arabia Saudí, que lideró las compras de ganado en la Región el año pasado.
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