Medio Ambiente actúa de Calabardina a Torre de Cope para prevenir los atropellos de fauna

La Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor está tomando medidas activas para prevenir potenciales atropellos de tortugas moras ('Testudo graeca'), una especie protegida y en peligro, al cruzar la carretera de Torre de Cope a Calabardina, como denunció que estaba ocurriendo en el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre la Asociación Medioambiental de Cabo Cope (Amacope) en LA VERDAD.

«El aumento de las temperaturas está provocando que algunos ejemplares se aventuren a cruzar la calzada en busca de vegetación para mitigar su sed, lo que ha causado ya algunos avistamientos», explican desde la Consejería. Ante esta situación, Medio Ambiente ha elaborado «un plan con tres grandes líneas de actuación para atajar de raíz el potencial problema», avanzan desde la Consejería.

La principal acción es la instalación de una malla conejera a lo largo de sendero existente en paralelo a la carretera RM-D15 de Calabardina a Torre de Cope para evitar el acceso de los ejemplares de tortuga mora al asfalto. «Se trata de una malla triple torsión hexagonal que contará con puntos de anclaje cada tres metros y que no supone una barrera total para el tránsito de la fauna por la zona», aclaran fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.

Y anuncian que Medio Ambiente también actuará en el foco potencial del movimiento de las tortugas instalando tres charcas-bebederos que retengan aguas de lluvia y de escorrentía de la red hidrográfica existente. «Estos nuevos puntos de agua son especialmente importantes frente a la sequía extrema en la zona, la cual podría ser una de las razones por las que los ejemplares observados podrían estar movilizándose», aseguran.

Finalmente y con la inversión de 14.167 euros prevista para el proyecto –cofinanciado en un 60% con fondos Feder, se instalarán «carteles interpretativos para fomentar la colaboración de los usuarios del sendero, con indicaciones sobre qué hacer en caso de avistamientos de tortugas moras en esta zona».

Por otro lado, la Consejería de Medio Ambiente advierte a los vecinos de que la tortuga mora, tradicionalmente tratada como una mascota por parte de la población, corre el riesgo de ser domesticada. «Se ha constatado que varios de los ejemplares que se han detectado en la zona pueden proceder de individuos criados en cautividad». Esto, advierten los técnicos, provoca que la especie sea más vulnerable a contraer enfermedades, ya que «se ha demostrado que las tortugas criadas en cautividad desarrollan habitualmente, entre otras, una grave enfermedad denominada rinitis infecciosa, que es mortal en la mayoría de los casos y que se puede contagiar a individuos sanos y silvestres».

Para contribuir a la conservación de esta especie, Medio Ambiente tiene previsto ampliar estas actuaciones mediante un programa de voluntariado ambiental con asociaciones de la zona, con el fin de concienciar a la población del grave riesgo que supone para su conservación la domesticación de la especie, acercarla a entornos urbanos y darles de comer y de beber.