Las agencias de viajes de la Región de Murcia empiezan a recuperarse después del cierre de 30 empresas por la pandemia

A pesar de lo sucedido, el máximo representante de esta asociación regional –que aglutina alrededor de unos 40 establecimientos– afirma que 2022 ha sido un año positivo y de mejoras. «Podemos andar en torno a un 80% de la facturación de 2019. Nos queda un 30% para decir que nos recuperamos pero las cifras ya son similares a 2019», señala desde su negocio, Zafiro Tours, ubicado en La Unión. «2022 lo empezamos bien gracias a las vacunas y desde que eliminaron el pasaporte Covid y las restricciones, se ha notado muchísimo la mejoría».

Una de las pruebas de la evidente mejoría de este sector, a su parecer, es el incremento de los puestos de empleo. Debido a la pandemia, muchos de estas empresas independientes y ajenas a los grandes grupos se vieron obligadas a reducir o, incluso, prescindir de sus trabajadores. «No puedo facilitar cifras exactas pero sé que se está recuperando el número de empleados con respecto a 2019». Por ejemplo, algunas compañías que contaban con tres empleados, vuelven a tener dos. «Varias agencias que tenían contratados a tres trabajadores, han recuperado dos pero todavía no pueden rescatar al tercero». Aun así, augura un futuro esperanzador porque «gracias a Dios la cosa se está moviendo».

Uno de los motivos por los que este ámbito empresarial se está recuperando es la vuelta de los clientes a las agencias. Desde hace años y debido a la expansión de internet, muchos de los usuarios organizan sus viajes sin necesidad de recurrir a este servicio profesional. Sin embargo, las múltiples situaciones a las que tuvieron que enfrentarse los viajeros en 2020 han propiciado que acudan de nuevo a estos establecimientos. «Creo que la pandemia nos ha reforzado porque la gente se ha dado cuenta del valor que aportamos a una reserva», apunta David Blasco. Durante la pandemia, estuvieron más de una semana repatriando a clientes y también a los que no habían contratado ningún viaje con ellos.

«Cuando se cerró el mundo y nuestros clientes se quedaron tirados, nosotros nos preocupamos por ellos, buscamos enlaces y los trajimos de vuelta a casa; y eso internet no lo hace». De hecho, hubo personas que acudieron a ellos porque sus seres queridos habían reservado por su cuenta y no tenían dónde dirigirse. «Llegaba gente a nosotros que tenían familiares viajando y que los habían echado a la calle porque el hotel cerraba y no sabían qué hacer. Tuvimos que pelear, aunque no nos correspondía, para traer a esa gente de vuelta porque era lo que había que hacer».

Después de dos años de pandemia, la gota que colma el vaso es la delicada situación económica derivada de la invasión rusa de Ucrania y la subida de los costes que también han afectado a esta rama del sector turístico. Por un lado, porque «el turismo es miedoso» y, por otro, porque «viajar es un artículo de lujo» del que se prescinde cuando las familias ahorran. «Cuando hay problemas en un país la gente empieza a evitarlo y no solo a ese sitio sino todo lo que hay alrededor por miedo a que se escape algún misil o algo; pero no pasa nada porque el resto del mundo está abierto y nos está esperando». Sin pasaporte Covid y con todas las medidas sanitarias eliminadas, a las agencias de viajes solo les queda una última frontera que derribar: las mascarillas. «Suplicamos que nos quiten las mascarillas ya del transporte público porque entendemos que se lleven en los centros sanitarios pero no en el avión cuando en el aeropuerto vas a todas partes sin ella. No tiene sentido».