«La afectividad española es un paraíso para este mecanismo de contagio»
José Manuel Sánchez-Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal: «Nos abrazamos, nos besamos, hablamos mucho y alto, y todos a la vez... es algo que hay que tener en cuenta en los planes de contingencia»
Catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense, director y fundador del primer laboratorio de alta seguridad biológica en España y científico puntal en investigaciones ... que han servido para la erradicación de peligrosas enfermedades animales, como la peste equina, la peste porcina africana, la peste porcina clásica y la gripe aviar, José Manuel Sánchez-Vizcaíno (Murcia, 1951) recibió hace apenas unos meses 10 millones de euros de la Comisión Europea para liderar a un centenar de científicos en la búsqueda de una vacuna que erradique la peste porcina africana. Doctor 'honoris causa' por la Universidad de Murcia y premio 'Los Mejores' de LA VERDAD 2007, es experto en pandemias, virología, medicina preventiva e inmunidad, y reivindica el concepto 'one health' (una sola salud) para poner el acento en la irremediable conexión entre animales, personas y medio ambiente ante la lucha contra cualquier nueva epidemia.
–Nos enfrentamos a la mayor pandemia por un virus procedente de animales a humanos del siglo XXI...
–El SARS fue mucho más fácil; él mismo se autoacabó, el mecanismo y la capacidad de difusión eran diferentes. Pero en realidad son todos más o menos de la misma familia; con pequeñas o grandes variaciones, pero todos vienen de un tronco común. Estamos viendo ya desde hace muchos años que el patrón se va repitiendo, y hay unos programas de investigación en los que participo en los que intentamos ver si podemos predecir cuál sería el próximo salto. No hay que olvidar que más del 70% de las enfermedades zoonóticas (afectan a la especie humana) tienen su origen en animales. Todas estas enfermedades no se producen por virus desconocidos; son virus que estaban en especies que no habían estado en contacto con otras especies animales, o no habían estado en contacto con la especie humana. Muchos de estos virus están ligados a murciélagos, y el crecimiento de la población humana y animal va haciendo que lleguemos a zonas vírgenes. Cuando se montan, por ejemplo, explotaciones en zonas vírgenes, nadie se da cuenta de que hay una población animal cercana, no se le da importancia a los murciélagos porque, entre otras cosas, no se ven con facilidad. Lo que estamos intentando ver es si podríamos predecir las próximas pandemias. En todas ellas, el primer paso de anticipación del sistema es siempre en animales, y después llegan a los humanos.
–La gravedad está en la elevada letalidad del coronavirus...
–Lo que se sabía desde el principio, pero además desde bien principio –porque tantos los chinos como los coreanos han hecho un trabajo excelente y lo han divulgado muy bien–, es que este virus tiene una gran afinidad y agresividad por las personas mayores. Se sabía que la diana era la gente mayor, y que entre los jóvenes algunos podían ser incluso asintomáticos. Esas publicaciones estaban, con lo cual se tenía que haber encendido la alarma. Se tenía que haber dicho: 'Vamos a proteger a la especie que va a tener la mayoría de la mortalidad'. Desgraciadamente aquí en eso hemos llegado bastante tarde.
–La elevada tasa de mortalidad en España, ¿se explica por lo ocurrido en las residencias y por el hecho de que la población esté más envejecida?
–Se explica por varias razones. Los veterinarios, cuando vamos a trabajar el control de una enfermedad, hacemos hincapié en la medicina preventiva, que es la mejor herramienta que tenemos. Cuando vamos a trabajar en cualquier país, tenemos que valorar que cada escenario tiene sus peculiaridades. Y España, junto con Italia, y algo menos Francia, somos países que nos queremos mucho desde el punto de vista afectivo. Es decir, que estamos muy en contacto, nos abrazamos, nos besamos, hablamos mucho y alto, y a veces, todos a la vez... esa afectividad, para el mecanismo de contagio de esta enfermedad, es un paraíso. Favorecemos las vías de propagación en dosis importantes, nos abrazamos, somos cariñosos, y es algo a tener en cuenta cuando se organiza un programa de contingencia... Es algo que la gente de Alemania no entiende; piensan que no somos cuidadosos, y no es verdad. Eso se suma a que al principio la información que se recibía era demasiado tranquilizadora... si vemos las hemerotecas se nos ponen los pelos de punta. Además, hay un porcentaje de asintomáticos importante. Todo eso ha favorecido que la enfermedad esté muy extendida y, sobre todo, que la hayamos dejado entrar a los círculos de nuestros enfermos diana. Eso es lo que más tristeza y dolor me produce.
–¿No debería haberse puesto en marcha desde el principio un plan de contingencia en las residencias?
–Hubiera sido vital. Las cifras de mortalidad en España de nuestros mayores han sido tremendas, y además en unas condiciones horrorosas de separación de sus familias. Ha sido verdaderamente triste. Al igual que ver a los profesionales que han estado cuidándonos, la clase médica, las enfermeras, los celadores... Gente que con muy pocos medios, y sin equipos de protección adecuada o de baja calidad, han estado ahí. Son héroes, y con ellos la enfermedad también se ha cebado. Todo esto que está ocurriendo, aunque parezca que no, era totalmente previsible.
–Pues están siendo precisamente los flancos más vulnerables de la pandemia, las residencias de mayores y la precaria protección a disposición de los sanitarios...
–También el diagnóstico. Estamos haciendo un gran trabajo de diagnóstico muy temprano con la PCR, que detecta si tienes virus en garganta, lo cual es importantísimo para saber que estás infectado y que tienes capacidad de contagiar. Pero hay otros test que nos hubieran ayudado muchísimo, y que por fin ahora parece que vamos a usar, que son los de anticuerpos, y que te van a decir si tú has estado ya en contacto con el virus o no, y si tu tasa de anticuerpos es suficientemente buena para que estés inmune. Estoy totalmente convencido de que cuando se hagan esos test tendremos una buena noticia. Yo creo que este virus viene circulando desde enero, y que por lo tanto hay muchísima gente que ha pasado la enfermedad, muchos asintomáticamente, lo cual ha sido malo porque han podido contagiar a otros; pero la inmunidad, o el nivel de inmunidad, de la población en su conjunto, será elevado. Vamos a encontrarnos cifras elevadas de gente protegida.
–¿Cree que pueden alcanzar los siete millones de personas en España, como se ha dicho?
–Sí, entre siete y ocho millones; es lo que indican los modelos epidemiológicos, pero no están hechos con datos reales. Yo creo que ahora no es momento de críticas, porque estamos en un tiempo de unirnos todos para ayudarnos, pero cuando las hemerotecas se puedan ver con tranquilidad, realmente será muy triste.
–¿Qué le parece la idea de las llamadas 'arcas de Noé' para aislar a los contagiados?
–Lo primero que tenemos que hacer es el test. Hay muchos virus en los que, para que en una batalla como esta se pueda ganar, necesitamos porcentajes de población inmune. Es como si el virus estuviera disparando, pero tuvieras mucha gente con escudo que rechazaría la infección. Tenemos que esperar a tener ese dato para aplicarlo de la mejor manera posible. Veremos si hay los porcentajes de inmunización necesarios para que realmente sea un escudo para rebajar los confinamientos.
–¿Cuál es ese porcentaje?
–Pues depende de los virus, varía mucho; pero sabrás en qué núcleos y regiones hay mayor porcentaje, menos..., y nos permitirá manejarnos. Si tuviéramos una proporción rondando el 60%-70% estaríamos es unas condiciones ideales de hacer manejos; incluso de dar certificados a las personas que estén protegidas para que puedan moverse con tranquilidad. Sin duda ese análisis global de anticuerpos tenemos que tenerlo. En medicina preventiva veterinaria se usa mucho. Es vital.
–¿Y por qué no se ha hecho antes entonces?
–En este plan de contingencia, la pandemia se ha abordado por pasos, y no de forma global. En otros países tienen un vínculo más cercano entre la investigación y la industria y se transfiere la tecnología con más facilidad. En España tenemos varios laboratorios que tienen un test muy avanzado. Levantar medidas de confinamiento de golpe, sin conocer el estado inmunitario de población, podría producir un efecto rebote, aunque guardando las medidas de prevención adecuadas y aceptando que tenemos un población inmune importante, creo que todo irá bien.
–¿Teme un rebrote en otoño, como pronostican muchos?
–Tendríamos que evitarlo, pero yo creo que no va a ser así. Las cifras que se manejan de cómo ha circulado el virus, a qué velocidad y la población joven a la que ha afectado, dan la sensación de que tenemos una población inmune elevada. Pero ese dato sería bueno tenerlo confirmado con los test de anticuerpos sobre alguna población.
–La vacuna, ¿llegará a tiempo?
–Yo creo que en esta enfermedad se va a conseguir; la respuesta inmune está clara, y la vacuna será eficaz, hay ya varios prototipos muy prometedores. Otra cosa son los ensayos clínicos que demuestren que es apropiada para la especie humana, que no produce efectos secundarios, que no es problemática, saber la duración... y eso como mínimo 12 o 18 meses no nos los quita nadie.
–Llama la atención la ausencia de veterinarios en el comité científico español del Covid-19...
–Quizá no conocen nuestro trabajo. Pero estamos ayudando mucho en diagnóstico. Tanto en mi casa primera, en el laboratorio del CISA en Valdeolmos Madrid (Nivel de Bioseguridad 3 y 3+), que fui su director fundacional desde 1992 hasta 2002, como en nuestro centro Visavet de la Facultad de Veterinaria, donde tenemos otro laboratorio de Nivel 3, estamos ayudando a la Comunidad de Madrid a hacer diagnósticos por PCR. Aunque es cierto que también podríamos haber aportado mucha ayuda como epidemiólogos y conocedores de estos virus en la elaboración y seguimiento. Quizá podríamos haber aportado mucha ayuda, como epidemiólogos y conocedores de estos virus, en cómo enfocar un plan de contingencia.
–Hemos asistido a otro salto: el virus ha ido del mercado de Wuhan a un ser humano, y parece que de ahí a dos gatos y a una tigresa en un zoo del Bronx... La salud de las personas está estrechamente conectada a la de los animales, son interdependientes...
–El mundo animal y el humano están unidos, lo mismo que el medio ambiente. Todas las epidemias han tenido una amplificación previa, antes que en los humanos, en los animales. La monitorización sobre la vida animal puede prever las pandemias humanas. Tenemos que trabajar en equipo.
–Es el concepto de una sola salud, 'one health'...
–Desde la OMS, la OIE, la UE..., coincidimos en que todo está unido. La cuestión medioambiental, la sanitaria, para hacer un programa global de contingencia. Son tres patas, y no debe quedar ninguna fuera: la ambiental, la sanidad animal y la humana.
–La crisis, ¿plantea un antes y un después en la convivencia entre hombres y animales?
–Espero que sí. China debe aprender de esto, ya han sido avisados en varias ocasiones y no han tomado medidas. Si quieres entender algo de epidemiología primero tienes que entender el escenario. Los chinos son muy dados a tomar alimentos exóticos, les encantan, y ya han tenido problemas. Cortar una costumbre es muy difícil, cambiar una cultura, una tradición... te responden que llevan toda la vida haciéndolo. Lo que sí pueden hacer es incrementar su vigilancia sanitaria sobre esas especies que utilizan para la alimentación y no son regladas. Yo creo que en esta ocasión China ha aprendido la lección. No creo que cambien su costumbre de comer esos animales, pero sí habrá una vigilancia sanitaria y veterinaria importante.
–La epidemia nos ha recordado la necesidad de investigar más en técnicas de diagnóstico.
–Sin duda llevar a cabo técnicas de detección temprana para detectar la infección rápidamente tipo PCR son vitales hoy día, pero también las técnicas serológicas, la detección de anticuerpos para conocer el estado inmunitario de la población, el alcance de las personas infectadas y la inmunidad de población, temas vitales para un buen control de una enfermedad. Lo que más echo en falta es que no siempre hay una estrecha relación entre la investigación y la industria, y ese paso hay que mejorarlo, enormemente, hay que hacer esfuerzos. Siempre decidimos que somos estupendos en transferencia, pero la realidad cuando hemos tenido un problema no lo hemos tenido cercano para la creación de esos kits de diagnóstico. En otros países, como en Corea, ha sido impresionante la velocidad con la que ha pasado de los laboratorios a la industria la creación de kits. Todo lo que hemos hecho en España ha sido a través de proyectos europeos. Cuando la investigación básica y la industria están cercanas, es todo más sencillo. Una cosa es el prototipo y otra hacerlo industrial y luego testarlo. Si en esas tres etapas se trabaja de tú a tú, las cosas manan muy rápido. Al terminar la carrera hice la especialización en Estados Unidos, y allí lo tienen muy claro, es algo que tiene que ir rápido y estar más cercana.
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