Un acuerdo permitirá a un clan de traficantes de Murcia eludir la prisión
La Fiscalía y las defensas ultiman un pacto que rebaja a menos de dos años las penas a los acusados
La justicia ultima los detalles de un acuerdo que permitirá eludir la prisión a gran parte de un grupo de presuntos traficantes de drogas vinculados con el conocido clan de Los Antones y que operaban, principalmente, en Murcia y Mula. La Audiencia tenía previsto celebrar este martes una vista para sellar este pacto, que la Fiscalía parece haber alcanzado con las defensas y que rebaja la pena de los procesados a condenas de no más de dos años de cárcel.
En la mayoría de los casos, según explicaron fuentes jurídicas, estas penas quedarían suspendidas y no obligarían a los acusados -defendidos por letrados como José Luis López Cano y Fermín Guerrero Faura- a tener que pisar la cárcel. Un beneficio que, sin embargo, no se extiende a dos de los acusados que, al ser reincidentes, no pueden acceder a esa suspensión de la condena y sí deberían cumplir la pena. La negativa de estos dos procesados a sumarse al acuerdo obligó a fijar una nueva fecha.
La Fiscalía, que reclamaba para los acusados penas que oscilan entre los tres meses y los tres años y medio de cárcel, tuvo en cuenta, desde el principio, el importante retraso sufrido por esta causa, que se remonta a 2012. La instrucción del caso, tal y como reconoció el Ministerio Público, sufrió diversas paralizaciones no achacables a los acusados y se ha prolongado más de una década.
Este martes el tribunal tuvo conocimiento, además, del fallecimiento de uno de los acusados, solicitando los magistrados un tiempo para que sus familiares certifiquen el deceso ante la justicia. La Fiscalía retiró, además, la acusación contra dos de los procesados. Una de ellas, según explicaron fuentes judiciales, estaba citada como procesada pero nunca había sido citada a declarar previamente ni se le había notificado el auto de apertura de juicio oral por lo que se vulneraba el principio acusatorio y no podía ser enjuiciada.
Los hechos que deben ser enjuiciados en la Audiencia se remontan a 2011 cuando el grupo IV de la unidad de drogas y crimen organizado (Udyco) de la Policía Nacional inició su investigación sobre este grupo, al que la fiscal vincula con el clan de Los Antones y Los Gorretas. Los 'pinchazos' telefónicos al supuesto líder de la trama, Antonio M., desvelaron que este usaba supuestamente un lenguaje convenido para acordar las entregas de droga. Una estrategia que también era al parecer empleada por su yerno cuando asumió la dirección del grupo. Según recoge la fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, utilizaba expresiones como «caramelos más fuertes» o «vino del que se ha hecho la cata».
