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Aliviaderos izquierdo y derecho del pantano. ministerio de medio ambiente

Los achaques del viejo Camarillas

Un informe técnico alertó del «avanzado estado de degradación» del pantano, por su antigüedad y el uso excesivo para regular las aguas del Trasvase

Lunes, 29 de abril 2019, 01:58

Antes que pensar en recrecer el pantano de Camarillas, hay que reforzar su estructura y modernizar los desagües y aliviaderos de agua por motivos de seguridad. Un informe técnico alertó de que esta presa -que se construyó en tiempos de la II República- se encontraba «en un avanzado estado de degradación debido al paso de los años y la excesiva frecuencia de maniobra exigida por su posición estratégica». El Ministerio y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) han acometido en los últimos años diversas mejoras en las tomas y aliviaderos, a raíz de aquel diagnóstico que mostró los achaques de este pantano, que ahora se pretende rejuvenecer con su recrecimiento.

El Gobierno central, a través de los sucesivos ministerios de Fomento y Medio Ambiente, ha mostrado poco entusiasmo por recrecer Camarillas para incrementar su capacidad de embalse hasta los 185 hectómetros cúbicos, cinco veces más que su volumen nominal actual. Ello pese a que la obra aparece incluida en la relación de infraestructuras hidráulicas de los sucesivos planes de cuenca. A la falta de proyecto y de presupuesto -Acuamed inició los trámites hace dos años, pero con pocos avances- se une el rechazo del Gobierno de Castilla-La Mancha y de los municipios de la zona alta del Segura, principalmente Hellín. Sostienen que ya hay suficiente capacidad de embalse en el pantano del Cenajo -con 437 hectómetros máximos-, que se ha llenado en contadas ocasiones, la última en el año 2012.

El Gobierno central hizo algunas reformas para optimizar el embalse, cuyo recrecimiento se puede complicar por el desgaste de la estructura

El estado y los avatares de esta infraestructura pueden complicar el recrecimiento, ahora que este proyecto tiene el campo libre con la nueva variante ferroviaria. El informe técnico que advirtió sobre el deterioro de Camarillas fue redactado en la época de Cristina Narbona por parte de dos técnicos del Ministerio y otros dos de Ingenieros Consultores, con el objetivo de modernizar las instalaciones y adecuarlas a la normativa vigente sobre los aliviaderos de los embalses, sin que en aquel momento se planteara su recrecimiento. El objetivo del proyecto fue recuperar la capacidad hidráulica y reguladora inicial. Un estudio del Cedex alertó, asimismo, de que se perdían 13,7 hectómetros del volumen total de embalse debido a los sedimentos y arrastres. Las obras propuestas consistían en rehabilitar los desagües de fondo, una tarea muy delicada, ya que se corre el peligro de que las compuertas dejen de funcionar y la presa quede prácticamente inservible. También había que adecuar los aliviaderos de superficie para ampliar la capacidad de evacuación de las avenidas. Esta misión estaba encomendada al túnel Talave-Cenajo, pero no puede ejecutarla a pleno rendimiento porque una decisión política redujo su capacidad de transporte.

Asimismo, en Camarillas había que modernizar las tomas de agua intermedias, las más utilizadas para desaguar, sustituyendo los elementos hidromecánicos. Una ITV hidráulica en toda regla.

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