Más de 22.700 contribuyentes de la Región de Murcia se ahorran 225 millones en Sucesiones y Donaciones

Un experto en herencias aconseja hacer un testamento pensando en los impuestos

Alejandro Ebrat Picart es autor del libro 'Herencias felices' y uno de los mayores expertos en la materia. En declaraciones a LA VERDAD explica que, en un alto porcentaje, las herencias son conflictivas y rompen lazos familiares. De ahí la importancia de textos como el suyo, que asesoran sobre cómo evadir obstáculos y también impuestos a la hora de dejar o recibir una herencia.

Una de las opciones que plantea Ebrat Picart es hacer donaciones para dejar ya la herencia repartida en vida y, de esta manera, evitar peleas futuras entre los herederos. Porque si de algo está convencido Alejandro Ebrat es de que, por su experiencia personal, «las herencias son conflictivas y rompen familias». En su opinión «es difícil encontrar una herencia feliz y pacífica en la que todos estén de acuerdo y contentos con lo que les ha tocado. Lo normal es que uno siempre quiera lo que le toca al otro».

Lo peor, a juicio de Ebrat, es cuando entran en escena los parientes políticos. «Las herencias generan enfados entre familiares en un 70% - 80%. Y generan rupturas familiares definitivas en alrededor de un 20% y un 30%». Por eso recomienda la lectura de su libro al que va a dejar la herencia, porque por desgracia es el único culpable de que en el reparto haya peleas. De esta manera tendrá un guion de todos los entresijos y artimañas a la hora de programar una herencia. Sin embargo también es conveniente para el que va a recibir la herencia, ya que en previsión de lo que le puede venir, puede ayudar a preparar la herencia de sus progenitores y puede pactar en vida, con sus hermanos, el futuro reparto.

Según explica Ebrat, a la hora de pensar en herencias, lo primero es redactar un testamento en el que se eviten los problemas entre los herederos y se ahorren impuestos. Y eso pasa por hacer lotes adjudicando bienes en concreto a cada uno de los hijos, en la medida de lo posible. Y si no, se pueden establecer mecanismos para evitar que los hijos tengan que repartir entre ellos dejando normas obligatorias o bien dejando que sea un tercero el que venda los bienes y reparta el dinero.