Un botín jugoso... e inesperado
La Guardia Civil cree que el robo de joyas de Bárbara Rey en una casa de Totana no fue premeditado y busca a delincuentes comunes
Alicia Negre
Martes, 28 de marzo 2017, 02:09
No es la primera vez que los amigos de lo ajeno visitan la diputación totanera de La Huerta, aunque, en esta ocasión, el golpe no haya pasado nada desapercibido. El robo de lujosas joyas pertenecientes a la vedete Barbará Rey en una vivienda del Camino de Yechar ha puesto el foco, estos días, en ese enclave de la huerta de Totana. Un lugar tranquilo, en la falda de Sierra Espuña y a pocos metros del canal del trasvase, que, sin embargo, en los últimos meses ya ha registrado varios palos en viviendas.
La Guardia Civil investiga el jugoso asalto a la casa donde actualmente se aloja la conocida actriz y, según explican fuentes cercanas al caso, el Cuerpo sospecha que este golpe pudo no ser premeditado y podría ser obra de unos delincuentes comunes. No en vano, según ha podido saber 'La Verdad', la misma noche del golpe, la del viernes 10 de febrero, unos encapuchados se colaron en otro chalé de la zona, huyendo a toda prisa al ser sorprendidos por el propietario.
Sea como fuere, los amigos de lo ajeno se adentraron esa misma noche en un gran chalé, propiedad de una amiga de la actriz, donde esta, al parecer, se encuentra actualmente alojada. La vedete, según explicaron vecinos de la zona, se ha desplazado a su localidad natal para estar al lado de su hermano, que atraviesa problemas de salud y está ingresado en un centro hospitalario de Lorca. «Ella es muy amable y se mezcla muchísimo con la gente», explica un vecino.
Aquella noche, los ladrones localizaron en la vivienda, que cuenta con un amplio jardín vallado, el joyero de la vedete que, según aclaró ella misma, estaría valorado en unos 180.000 euros. Según ha podido saber este diario, el Instituto Armado fija su cuantía en algo menos: 160.000 euros. El botín, explicaron fuentes cercanas al caso, está formado por joyas pero, sobre todo, por una amplia colección de relojes. Entre estas piezas se encuentra un Cartier, de edición limitada, de un elevado valor económico. Al cierre de esta edición, la Benemérita aún no había logrado dar con los responsables de este asalto que, sin embargo, no ha sido el único en la zona.
A escasos metros de la vivienda donde se aloja Rey, un matrimonio reconoce haber sido también víctima de los cacos. «Nos entraron la noche de San José», explican indignados. «Se llevaron los televisores, joyas y todo el dinero que pillaron». Ellos, como otros vecinos, echan en falta una mayor vigilancia en esta zona, especialmente durante las noches.
Ángel Gómez también ha sufrido en sus carnes la avaricia de los ladrones. «Entraron a mi caserío y se llevaron dos 'rotovatores' de labrar, que valen un buen dinero», explica este pastor, mientras vigila de cerca los pasos de su rebaño de cabras. «Sí se comenta en la zona que hay delincuencia, que te vigilan y, cuando sales, aprovechan para entrarte».