«¡Si el Puerto está zurriendo, será por algo!»
El Instituto Geográfico detecta en seis días cuatro terremotos, de entre 1,5 y 2,3 grados, con epicentro en los alrededores de Corvera
Jorge García Badía
Martes, 31 de mayo 2016, 02:05
Eran los dos primeros clientes de la Venta El Puerto 2, de esos fijos, de los que están a pie de barra antes de que despunte el sol, pero cuando se disponían a llevarse a la boca un café para afrontar con energía el lunes, fue la falla de Carrascoy la que se ocupó de 'ponerles las pilas'. «Me empezaron a decir que el suelo estaba temblando», relataba ayer Alexandra, camarera de este establecimiento situado en la 'cúspide' del Puerto de la Cadena. Residir a este lado de la capital empieza a ser sinónimo de convivir con los temblores de tierra, al menos, en los últimos seis días en los que se han registrado cuatro seísmos.
El Instituto Geográfico Nacional sitúa el epicentro de los cuatro en las inmediaciones de Corvera. Los dos primeros temblores se produjeron en la madrugada del 24 de mayo, fueron de 1,5 y 2,1 grados en la escala de Richter, respectivamente. El tercero se sintió el día 25, con 2 grados de intensidad, y el cuarto, ocurrió ayer, a las 6.49 horas, con 2,3 grados. «Me he despertado porque he notado una vibración como si hubiese pasado un camión por mi casa», confirmaba ayer Tomás García, residente en la calle Mayor de Corvera. En el restaurante Los Cazadores, donde Tomás trabaja detrás de la barra, el asunto de los temblores está generando reflexiones de todo tipo entre los parroquianos.
José Martínez, de 56 años, analizaba lo que está ocurriendo con tesis que se mueven entre la ciencia y leyendas de la zona. «En el Cabecico del Rey y el paraje de Los Arcos hay aguas termales de toda la vida y por eso hay temblores. Cuando yo era un zagal se notaban mucho». Pero al otro lado de la barra, le contestaban con sorna que «hay temblores por las tierras que removieron las máquinas para hacer el aeropuerto de Corvera».
Otra pedanía del Campo de Murcia que en los últimos días está bajo la influencia sísmica de la falla de Carrascoy es Baños y Mendigo. En la Venta Airemar, su gerente, Juan Martínez, confirmaba que a pie de barra los clientes comentan los terremotos de los últimos días: «La gente habla de que han sentido como un trueno». Con el sonido de la máquina de café y de las comandas que entran en cocina de fondo, Juan afirmaba que desde los terremotos de Lorca de 2011 no recordaba nada igual. «Y mira que tengo 67 años, soy 'nacío' y 'criao' en el Caserío de Los Garcías».
A Juan no se le olvida el episodio de 2011. «Ese día se movían las mesas de la oficina y parecía que iban a echar a mis hijos». Para este hostelero, los cuatro seísmos registrados desde el pasado día 24 son algo serio. «Si esto sigue así nos vamos a preocupar porque puede ocurrir algo. ¡Si el Puerto está zurriendo, será por algo!». A unos metros de la venta, en una zona de casas, Carmina Navarro también se muestra «preocupada». De cuatro temblores «he notado dos».
El de ayer le sorprendió en el patio. «Los perros estaban ladrando y en cuanto sonó el estallido se callaron». Ese 'estallido' generó llamadas al 112 desde la pedanía de Algezares y el murciano barrio de La Flota. Los vecinos de Los Martínez del Puerto también comentaron lo sucedido en las redes sociales.
Los avisos los extendió el Instituto Geográfico Nacional a Santo Ángel, El Palmar, Beniaján, Torre Pacheco, Molina de Segura, Alhama de Murcia... Todos los llamantes explicaban que «se había movido el sillón, la cama o que habían sentido temblar la tierra». La respuesta estaba en la falla de Carrascoy y, una vez más, el epicentro se encontraba al otro lado del Puerto de la Cadena.