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Una banda que prostituía a africanas con amenazas de vudú afronta 72 años

Sus miembros están acusados de traer a las mujeres a la Región y de obligarlas a saldar la deuda de su viaje con servicios sexuales

Alicia Negre

Sábado, 23 de abril 2016, 00:53

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Cerca de 14 años ha tardado la justicia en sentar en el banquillo a una banda acusada de traer a España a mujeres africanas para prostituirlas con amenazas de vudú. La red, que fue desarticulada por la Policía en 2002, será juzgada a partir del próximo lunes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia, y se enfrenta a más de 72 años de prisión. Algunos miembros de la organización están acusados también de robar y manipular tarjetas de crédito y cheques en blanco para conseguir dinero.

La banda, según explica el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, estaba supuestamente liderada por el liberiano Prince S.A., de 40 años, afincado en la pedanía murciana de Rincón de Seca. El Ministerio Público solicita para él más de once años de cárcel. Prince S.A., en connivencia con otros tres procesados, traía supuestamente a España a mujeres subsaharianas para prostituirlas bajo su control bien en las calles de Murcia o en clubes de alterne. Estas permanecían allí, al parecer, hasta que conseguían saldar una supuesta deuda económica que habían contraído con la red por su traslado a Europa.

El representante del Ministerio Público sostiene que entre octubre y noviembre de 2002, el presunto líder de la organización trajo a España a hasta seis mujeres a las que posteriormente obligó a prostituirse en la Región y a las que, en ocasiones, proporcionó documentación falsificada.

Algunas de estas extranjeras, según recoge la Fiscalía, fueron obligadas a ofrecer sus servicios sexuales en el local Night Club 88 de Alhama de Murcia. Estaba regentado por el también procesado Ángel P.G., de nacionalidad española, que afronta una pena de cuatro años de prisión. Entre los supuestos integrantes de la banda se encuentran también el liberiano Superior N. y el nigeriano Mony A., que afrontan cada uno una pena de once años y un día de cárcel.

La Policía Nacional desmanteló esta organización a finales de 2002 en una operación que conllevó diversos registros en viviendas de Murcia, Alcantarillas y de las pedanías murcianas de Rincón de Seca, Los Garres y Era Alta. Los investigadores hallaron en los domicilios restos de rituales de vudú (fetiches de sangre y plumas de gallina) con los que la banda presuntamente atemorizaba a sus víctimas.

La Fiscalía asegura que los miembros de la banda también estuvieron detrás de la sustracción y manipulación de documentos de identidad y carnés de conducir y de la sustracción y uso fraudulento de tarjetas de créditos y cheques en blanco. Ocho supuestos integrantes de la red afrontan 56 años de prisión por estos hechos.

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