Un vencejo caído del nido, 'paciente tipo' del Centro de Recuperación de Fauna

El vencejo pálido, con 573 ejemplares, fue la especie más frecuente en el CRFS, seguida del vencejo común (407). Otra ave de esta familia, el avión común, fue la séptima más atendida, con 109 individuos. «Son especies urbanas y hay más facilidad de que la gente las encuentre y las recoja. También la sensibilidad ambiental de los ciudadanos va en aumento y hay grupos locales que se encargan de recogerlos y traerlos. Son animales especiales ya que, por su anatomía, los adultos no son capaces de remontar el vuelo si caen al suelo y siempre necesitan ayuda. Además, hacen sus nidos en infraestructuras humanas», explican a LA VERDAD los técnicos de fauna de la Consejería de Medio Ambiente.

Las aves de pequeño tamaño, con 1.886 ingresos, conforman el grueso de los 'pacientes' que llegan al Centro de Recuperación de Fauna situado en el Parque Regional El Valle-Carrascoy, en la pedanía murciana de La Alberca. A continuación, los más abundantes son las rapaces diurnas (267: cernícalo vulgar, gavilán común, cernícalo primilla...) y nocturnas (169: mochuelo común, búho real, búho chico...).

Casi el 80% de los animales heridos llegan al CFRS entre los meses de abril y agosto, y el pico de ingresos de produce en junio con casi el 30%. «La primavera es la época del año en la que se producen la mayoría de los nacimientos de las especies y a finales de primavera y principios de verano todos esos individuos juveniles empiezan a dispersarse. Son individuos inexpertos, mucho más sensibles a cualquier amenaza y que además tienen que establecerse en el territorio», detallan fuentes de la Consejería.

«Todo esto hace que este grupo de edad sea el que mayores porcentajes de ingresos presenta. En el mes de junio, los animales nacidos en primavera empiezan a abandonar los nidos y suelen producirse también episodios de calor puntuales», añaden.

Casi la mitad de los casos atendidos tienen su origen en el municipio de Murcia (42,94%) y en su inmensa mayoría se trata de animales encontrados en la naturaleza (2.788, el 92,53%) por particulares (2.737, 88,83%).

Gran parte de los ejemplares atendidos en 2022 murieron (1.413, el 45,86%) y más de mil (33,24%) fueron recuperados y devueltos a la libertad en la naturaleza con éxito.

Erizos (48), murciélagos comunes (50) y ardillas (38) fueron los mamíferos más frecuentes, y entre los reptiles, la tortuga mora (277) fue la especie dominante. En este caso, casi todos los ejemplares proceden de cautividad –su tenencia es delito desde 2015, de ahí el goteo incesante de entregas voluntarias–, lo que obliga a un protocolo especial porque no pueden ser liberadas en el medio natural por razones sanitarias, ya que son portadoras de un herpesvirus que produce rinitis –enfermedad sin tratamiento posible– y que podría contagiarse a las tortugas silvestres.

La gestión de las poblaciones cautivas de 'Testudo graeca' consiste en su separación por sexos, para evitar que críen, y confinamiento en cercados. Su mortalidad es «muy alta» por su dificutad para adaptarse a la vida en la naturaleza, aseguran los expertos de Medio Ambiente.

Los datos sobre animales que llegaron tiroteados, heridos por trampas o electrocutados aún no están disponibles, asegura el Gobierno regional a este diario.