Sorprenden en Águilas a un buceador furtivo tras alardear en redes sociales
La Guardia Civil lo atrapó al llegar a puerto con 16 kilos de pulpos a bordo de un barco pesquero, que también fue denunciado
Suena la alerta de WhatsApp, el dedo activa la pantalla del teléfono y aparece un buceador con un pulpo vivo de no menos de seis kilos sobre la cabeza hablando a la cámara.
–¡Nene, abrid las peluquerías, por Dios, Pedro Sánchez, que mira qué pelos, que me estoy haciendo rastas ya, mierda!
El vídeo casero demuestra una realidad, al margen de que la oratoria no es una cualidad que adorne a su protagonista: el arponero se está saltando el confinamiento obligatorio decretado por el estado de alarma. Al margen de otras consideraciones legales. Muchos de quienes visionaron la escena, presuntamente graciosa, identificaron a un supuesto buceador furtivo muy conocido en Águilas, informan a LA VERDAD fuentes de la investigación.
El vídeo corrió como la pólvora por los grupos de WhatsApp, incluso con memes que añadían escenas a la grabación original. La más aplaudida, la versión que se cierra con los ya célebres enterradores de Ghana.
Él mismo se delató difundiendo en WhatsApp un vídeo que corrió como la pólvora y del que incluso se han hecho memes
Él mismo se delató, aportó las pruebas y se lo puso en bandeja al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, que no tuvo problemas ni en identificarlo ni en sorprenderlo con las manos en la masa. Ocurrió el pasado viernes en el puerto de Águilas, donde arribó a bordo de un pesquero que al parecer le daba cobertura para que no fuera sorprendido en el mar mientras pinchaba ilegalmente pulpos, meros y otras especies.
Los agentes se incautaron de 16 kilos de pulpos, el fusil y otros útiles para el buceo, y lo denunciaron por partida doble: por infringir la Ley de Pesca Marítima y Acuicultura de la Región de Murcia y por saltarse el confinamiento.
El armador del barco que amparaba los movimientos del buceador furtivo solo fue denunciado por quebrantar la ley de pesca, puesto que su actividad profesional sí está permitida por considerarse esencial.
La pesca furtiva es una lacra habitual en zonas costeras porque esquilma especies en muchos casos protegidas y sin respetar las tallas mínimas; perjudica a los pescadores profesionales; y además coloca en el mercado negro unos productos sin garantías sanitarias.
Los pulpos requisados por el GEAS fueron donados a entidades benéficas de Cartagena.