Por qué la Región de Murcia es una gran potencia microvoltaica
Lidera en España, junto con Albacete, la generación de energía renovable en pequeños huertos solares
Los casi 5.000 pequeños huertos solares de la Región de Murcia suman una potencia de 273 megavatios, una cifra que en España solo supera, ... y únicamente por un MW, la provincia de Albacete (274). Comunidades mucho más grandes y pobladas ni siquiera se acercan a esta penetración de las energías renovables en forma de instalaciones de tamaño reducido –de 100 kilovatios o menos–: Valencia rinde 104 MW y Sevilla, 159 MW. Estas microplantas representan el 21% del total de la potencia instalada en España, según un informe elaborado por la consultora Price Waterhouse Coopers (PwC) por encargo de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier).
Otra comunidad destaca entre los territorios donde las pequeñas plantas han proliferado con éxito: Navarra, que cuenta con una potencia por debajo de la mitad de la Región (130 MW) aunque con casi el doble de instalaciones: 9.013. Un despliegue solar que se explica por el parecido modelo agrícola, en el que la energía solar «ha sido una aliada en la tecnificación del campo. Ningún agricultor podría prescindir ahora de estos sistemas para los bombeos de agua y los automatismos en sus explotaciones», indica a LA VERDAD el director general de Energía y Actividad Industrial y Minera de la Comunidad Autónoma, Horacio Sánchez.
El gran desarrollo del cooperativismo y el régimen económico foral de Navarra son otros factores que explican este fenómeno.
UNA A UNA
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Albacete. 274 MW (4.002 plantas).
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Región de Murcia. 273 MW (4.994).
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Cuenca. 196 MW (2.654).
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Ciudad Real. 175 MW (2.459).
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Badajoz. 163 MW (2.107).
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Sevilla. 159 MW (2.040).
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Cáceres. 140 MW (1.991).
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Toledo. 133 MW (1.892).
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Navarra. 130 MW (9.013).
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Valencia. 124 MW (2.736).
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Alicante. 104 MW (2.005).
La menor penetración en Andalucía se debe a los reducidos incentivos económicos para las renovables de la Junta, que apostó por ayudas a la agricultura mayores que en otras comunidades.
La importancia de estas pequeñas instalaciones solares en el despliegue fotovoltaico que está impulsando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) es uno de los caballos de batalla del presidente de Anpier, el abogado murciano Miguel Ángel Martínez-Aroca, que defiende la reserva de parte de la potencia prevista y del transporte eléctrico para las plantas de menos de 5 megavatios, «por su contribución social».
Una aportación social que se evidencia también en la generación de empleo cualificado –«se rifan a los ingenieros industriales especializados en la rama eléctrica»– en un sector para el que se «abren grandes posibilidades y nuevas oportunidades con la legislación de las comunidades energéticas y el autoconsumo compartido», augura.
La deuda con los pioneros
Martínez-Aroca recuerda el «papel fundamental» del sector agrario y en general de los «pioneros para el desarrollo de la fotovoltaica en España». 65.000 familias (15.000 en la Región de Murcia) que invirtieron 25.000 millones a partir de 2007 y que se vieron penalizadas por recortes en sus beneficios aplicados por los Gobiernos de Zapatero –en 2010– y Rajoy –en 2015–.
El presidente de Anpier confiesa su «decepción personal» con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «que prometió compensar este hachazo cuando era candidato, en un mitin celebrado en Jumilla, un compromiso que además se incluyó en su programa electoral tras el pacto con Unidas Podemos. A día de hoy, las puertas del Ministerio están cerradas», añade, «aunque estoy convencido de que este Ejecutivo o el siguiente nos van a compensar y se cerrará la herida».
El «gesto» que esperan los pequeños productores es la ampliación en cinco años (hasta 2043) del plazo permitido de producción, que finaliza en 2038, para aliviar así parte de sus pérdidas por los «recortes retroactivos y perpetuos» de hasta el 45%.
Anpier defiende una reserva de capacidad para los pequeños productores ante el modelo que se impone de macroplanta
Martínez-Aroca critica además las «facilidades» del Gobierno central para la instalación de grandes plantas, «por los daños sobre el medio ambiente y el paisaje y su nula rentabilidad social». «Dentro de diez años, si hacemos otro informe, podremos comparar cuál es la aportación económica y social de los grandes fondos de inversión propietarios de las macroplantas, que como mucho tributarán en Madrid», asegura.
Javier Celdrán Lorente, director de PwC en la Región del Murcia y autor del informe 'Contribución económica y social de las pequeñas instalaciones fotovoltaicas en España', augura que «con el modelo que impulsa el Estado desaparece la pequeña y mediana planta. Solo se contemplan las de grandes dimensiones y las destinadas a autoconsumo».
Cuando los agricultores plantaron kilovatios en lugar de melocotones
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) lanzó en 2007 la campaña 'El sol puede ser suyo' para animar a la producción fotovoltaica con unas condiciones a priori inmejorables: concesiones hasta el año 2038 y posibilidad de amortizar el coste de la instalación en la primera década. Un llamamiento del Estado con el aval del Ministerio de Industria y publicado en el BOE que tres años después, a consecuencia de los recortes decretados por sucesivos Gobiernos de PSOEy PP, se convirtió en una apuesta ruinosa para los pioneros de la energía solar, en gran parte inversores del mundo rural.
«La agricultura vivía entonces un mal momento y se vio una salida en los huertos solares. Muchos agricultores decidieron poner kilovatios en lugar de melocotones», recordó el director general de Energía y Actividad Industrial y Minera, Horacio Sánchez, en un reciente desayuno informativo celebrado en LA VERDAD.
Sánchez, que también se ha dedicado profesionalmente a la agricultura y tiene experiencia como usuario de la fotovoltaica, evoca los «precios carísimos de hace dos décadas, con un coste de entre 6.000 y 7.000 euros el kilovatio instalado con una tecnología muy básica. La vigilancia era complicada, nadie se planteaba poner un circuito de cámaras; las placas eran fijas, sin seguidores, por lo que tenían un rendimiento menor, y además se limpiaban con trapos, no con máquinas;y se cimentaban con hormigón, cuando ahora se utiliza micropilotaje».
«El agricultor es un inversor cauto y muy buen pagador», añade Martínez-Aroca. «Siempre responde como sea y en este caso solo pide al Ministerio que se amplíe el plazo de la concesión para rentabilizar su inversión».
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