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Ocho vampiros bajo control
Marcan con radioemisores en Santomera un grupo de murciélagos ratoneros patudos, en peligro de extinción, para conocer sus hábitos nocturnos
Apenas se va el día y los murciélagos comienzan a salir de la Cueva de las Yeseras, en Santomera, una cavidad rodeada de huertos de limoneros que custodia un valioso reservorio de biodiversidad: una colonia del único quiróptero en peligro de extinción en España, el ratonero patudo. Esta escasa especie de mamífero volador puede cubrir distancias de hasta sesenta kilómetros en una noche y se distingue por sus grandes extremidades posteriores –desproporcionadas con respecto a su tamaño, con las que puede capturar peces en vuelos rasantes sobre el agua–. Pero es más lo que se desconoce de este morciguillo –como se les llama popularmente en la Región de Murcia–, que cuenta con un nivel de protección a la altura del lince ibérico y el oso pardo.
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Descubrir la vida secreta de estos desconocidos integrantes de la fauna regional para garantizar su conservación es el objetivo de un estudio científico que desarrolla la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (Ministerio para la Transición Ecológica) y la colaboración de la Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo (Ailimpo). La investigación se desarrollará durante dos años en Murcia, Alicante y Almería y tiene un coste de 111.413 euros (el Miteco aporta 77.989 euros, Ailimpo 4.000 y se espera una ayuda, aún sin cuantificar, de la Comunidad Autónoma).
«Se trata de una especie que generalmente se presenta en pequeños grupos de individuos y que además se suelen refugiar en grietas, lo que dificulta la localización y el recuento. En la Región de Murcia se conocen unas 20 colonias que oscilan entre 2 y 600 individuos. Una estima optimista apuntaría a un millar de ejemplares en la Región, si bien no se disponen de censos completos», explica a LA VERDAD Ángel Guardiola, experto en quirópteros de ANSE. La mayoría de las colonias se encuentran en el centro y litoral de la Región: Sierra Espuña, Cieza, Mazarrón, Cartagena, Torre Pacheco y Santomera.
Los primeros resultados del proyecto demuestran la importancia de los hábitats acuáticos, como ríos, embalses y balsas de riego, para la supervivencia del 'Myotis capaccinii'. Los días 29 y 30 de junio fueron marcados con radioemisores ocho ejemplares en la Cueva de las Yeseras, espacio clave para la conservación de los murciélagos que compró el año pasado la Fundación ANSE por 25.000 euros.
Los minúsculos dispositivos, de solo 0,4 gramos de peso cada uno y adosados al dorso de los murciélagos con pegamento quirúrgico, han permitido rastrear sus desplazamientos nocturnos, que dedican a buscar insectos para alimentarse. Pese a su injusta leyenda negra, son unos eficaces controladores de plagas.
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Los receptores de radio, activos entre la puesta y la salida del sol, los han situado en balsas de regadío de limoneros cercanas a la cueva, en el pantano de Santomera y en el río Segura, a la altura de la Contraparada, a una distancia en línea recta de su refugio de 19 kilómetros.
Todos los murciélagos marcados regresaron a su escondite una hora antes del amanecer, confirmando la leyenda vampírica, en un viaje de retorno bastante rápido: uno de ellos solo tardó 48 minutos desde la presa del embalse de Santomera.
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