La mitad de las aves van a menos
Una de cada ocho especies está en peligro en todo el mundo, según el último informe de BirdLife International, y solo el 6% aumentan sus poblaciones
Malas noticias en el fin de semana dedicado al Día de las Aves:la mitad de las especies a nivel mundial (5.245 de las aproximadamente 11.000 censadas) pierden población, y la situación es tan grave para 1.409 de ellas (el 13%) que se les considera en peligro de extinción y, de ellas, 231 están en situación crítica, según el último informe de BirdLife International, un estudio que se actualiza cada cuatro años y que se considera la referencia para conocer el estado de la avifauna en el planeta.
Que una de cada ocho aves que vuelan en el mundo esté amenazada es un pésimo augurio porque este grupo de fauna es un bioindicador infalible:si nuestros bosques, campos y ciudades están sumidos en un cada vez mayor clamoroso silencio es porque algo no estamos haciendo bien en nuestra relación con la naturaleza.
Desde el año 1502, cuando se dató la extinción de una abubilla de grandes dimensiones en la isla de Santa Elena (océano Atlántico), 187 especies de aves han desaparecido por completo y la disminución de su variedad y abundancia se ha acentuado en las últimas décadas.
Gorriones y golondrinas
España acoge a cuatro de las especies en estado de riesgo extremo a nivel global –el urogallo cantábrico, la cerceta pardilla, el alcaudón chico y la pardela balear–. La cerceta pardilla –'Marmaronetta angustirostris'–, precisamente, está siendo objeto de un programa de recuperación en el que participan la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) y el Gobierno regional y que contempla la liberación en las lagunas de las Moreras (Mazarrón) de ejemplares criados en cautividad.
Pájaros abundantes y ubicuos tradicionalmente, como gorriones y golondrinas, ya son casi una rareza. ¿Los motivos? Entre otros, la intensificación de la agricultura, la tala de árboles, las especies exóticas invasoras, la caza, el cambio climático y el desarrollo urbano.
Las cifras asustan:en la Unión Europea se han perdido 620 millones de aves desde 1980. En Norteamérica, una superficie cinco veces mayor, las pérdidas suman 3.000 millones en los últimos 50 años. Las más afectadas por este declive son las aves migratorias de larga distancia, como las especies marinas; y las ligadas a praderas, estepas y agroestepas, como el sisón, la avutarda, la perdiz, la codorniz y la tórtola europea.
«Las aves son el canario en la mina. Nos alertan de las consecuencias que tiene la actividad humana sobre el medio ambiente y, por extensión, sobre nuestra salud. Un buen ejemplo de ello es el creciente impacto que tiene el cambio climático sobre las poblaciones de aves y las previsiones que estamos manejando. Entre ellas, se estima que el 97% de las aves de EE UU podrían verse afectadas por el calentamiento global en 2100. Y en Europa las tendencias parecen las mismas», se lamenta la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz Guijosa.