El Mar Menor recupera valores normales de oxígeno y la entrada de nitratos baja un 64%
La afluencia de agua dulce a la laguna se reduce a más de la mitad gracias al bombeo del Albujón
El Mar Menor respira por fin después de semanas críticas: la masa de agua ha recuperado valores normales de oxígeno (con una media de 7,17 mg/litro) y el Gobierno regional da por controlado el episodio de hipoxia que provocó la muerte de varios centenares de peces el mes pasado. El ecosistema se encuentra «estable» y no se espera un empeoramiento en los próximos días pese a la ola de calor prevista en la Región, que podría elevar la temperatura del agua por encima de los 25,73ºC actuales hasta alcanzar los 30ºC en las próximas semanas.
La situación no ha empeorado debido a dos factores, ha informado este viernes en rueda de prensa el portavoz del Comité de Asesoramiento Científico, Emilio María Dolores Pedrero: por el «gran esfuerzo» en la retirada de algas, 8.211,90 toneladas durante este año, y por la drástica reducción en la entrada de agua dulce, nitratos y fósforo desde la rambla del Albujón.
Gracias a la puesta en marcha por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura del bombeo situado en la desembocadura de este cauce, se ha pasado de una llegada de 531 litros por segundo a 233 l/s, lo que supone una reducción superior al 50%. Se espera que la afluencia siga bajando, señaló Emilio María Dolores Pedrero, cuando la empresa semipública Tragsa optimice el funcionamiento del bombeo. En lo que va de año ya han entrado al Mar Menor 6,4 hectómetros de agua dulce por la rambla, por 4,5 hectómetros en todo 2021.
En cuanto a los nitratos procedentes de la actividad agraria, causa principal de la eutrofización y de la producción de algas, en estos momentos entran a la laguna 3.159 kilos cada día, cuando el mes pasado lo hacían 8.574 kilos (una reducción del 64%). Y llegan a diario 14,64 kilos de fósforo (sustancia asociada a los vertidos urbanos), en lugar de los 27 kilos del mes pasado (-46%).
El portavoz del Comité Científico expuso también que se han detectado dos puntos con alta conductividad en Lengua de Vaca y Lo Poyo, lo que apunta a posible presencia de salmuera.
La salinidad se mantiene baja (39,96 gramos/litro), lo cual es negativo para este humedal hipersalino, pero sí es positivo el bajo nivel de turbidez (0,68 ftu) y de clorofila (0,63). El portavoz del Comité Científico, también jefe del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Comunidad Autónoma, estima que la ausencia de viento está favoreciendo la mejoría del Mar Menor, porque al no removerse fango del fondo, la luz llega a la pradera marina y se produce la fotosíntesis, proceso natural que genera oxígeno.
No obstante, explicó, la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias está valorando la extracción puntual de fangos localizados en tres zonas especialmente colmatadas: en la zona norte, en la cubeta sur y frente a la desembocadura de la rambla del Albujón. Llegado el caso, estas actuaciones se abordarían «con todas las garantías ambientales», aseguró.
En lo que respecta a la prueba piloto de oxigenación que se desarrolla en el Club Náutico de la Isleta, Emilio María Dolores señaló que es pronto para evaluar su eficacia porque el sistema técnico solo inyecta oxígeno en el caso de que el nivel baje de 8 miligramos por litro, y la concentración ha sido más alta durante la mayor parte del día.
Sin redes antimedusas
Todo apunta a que no habrá redes antimedusas este verano en las playas del Mar Menor, un sistema de defensa para evitar molestias a los bañistas que la Comunidad lleva desplegando más de dos décadas. Ningún ayuntamiento lo ha solicitado hasta ahora, por lo que solo se colocarán en el caso de que haya cambio de postura a nivel municipal.
La Consejería ha detectado tres cohortes de la especie 'Rhizostoma pulmo' (urticante) en las zonas sur y centro del Mar Menor, y también cierta cantidad de 'Aurelia aurita', también conocida como medusa de invierno, y que morirá próximamente por tratarse de una variedad estacional. «Estos organismos son buenos para el ecosistema porque son filtradores, funcionan como pequeñas depuradoras», advirtió el jefe del Servicio de Pesca, «pero provocan molestias».