Un lince con un millón de años
Encuentran en el yacimiento abanillero de Quibas los huesos más antiguos de este felino, un hallazgo que permitirá aclarar la evolución de la especie
Los huesos más antiguos de un lince ibérico acaban de ser descubiertos en el yacimiento de Quibas (Abanilla). El esqueleto parcial –caninos, fémures, tibias, radios, ulnas, metatarsos, metacarpos, falanges y vértebras– recuperado durante la campaña que se desarrolló el pasado mes de mayo perteneció a un 'Lynx pardinus' que merodeó por esta sierra de la Comarca Oriental hace un millón de años, informa a LA VERDAD el paleontólogo aguileño Pedro Piñero, codirector de las excavaciones.
«Las piezas óseas pertenecen probablemente a un mismo individuo; es el registro más completo y remoto de lince, lo que permitirá aclarar la historia evolutiva de esta especie protegida», explica este investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes-Cerca), organismo científico que dirige esta excavación con la colaboración de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, el Ayuntamiento de Abanilla y la Fundación Palarq.
Este lince ibérico no estuvo solo: durante la reciente campaña en Quibas –«una de las más exitosas» de las dos últimas décadas, según Piñero– se hallaron más de cien restos de grandes vertebrados, como rinocerontes, caballos, macacos, zorros, cabras, ciervos, liebres, tortugas y aves rapaces, así como de microvertebrados. Otra pieza hallada de gran valor es el molar de un cánido hipercarnívoro, posiblemente un ancestro del licaón –perro salvaje africano– y pariente del actual lobo. «Este carnívoro no se conocía hasta ahora en Quibas, por lo que su presencia engrosa la lista de más de 70 especies distintas identificadas desde el descubrimiento de este yacimiento en 1994», añade Pedro Piñero.
Único en Europa
Quibas es un enclave único en Europa. Se trata de un yacimiento de origen kárstico cuyos depósitos tienen una cronología de entre 1.200.000 y 1.000.000 años. Es el único con vertebrados en el continente europeo que tiene una sucesión de niveles comprendiendo ese periodo, señala el Iphes-Cerca.
Esta singularidad ofrece una oportunidad única para esclarecer los eventos faunísticos y climáticos acaecidos durante la parte final del Pleistoceno inferior. «Será útil para contextualizar el entorno ambiental de las primeras poblaciones humanas que habitaron Europa y comparar nuestros resultados con los de los yacimientos de la Península Ibérica de edad próxima a Quibas y que han ofrecido las primeras evidencias de ocupación, como Fuente Nueva 3 y Barranco León, en Orce (Granada), y Sima del Elefante en Atapuerca (Burgos)», apunta Pedro Piñero.
El descubrimiento en 2019 de una nueva especie de lagarto sin patas, el 'Ophisaurus manchenioi', permitió reconocer a la Región de Murcia como el último refugio ecológico de especies tropicales de Europa.