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La Encañizada del Ventorrillo, más cerca de su recuperación
Solo falta el permiso de Costas para restaurar esta infraestructura de pesca artesanal en el norte del Mar Menor
Más allá de los enjambres de cemento de La Manga, de las apreturas de las poblaciones ribereñas, entre la lengua de arena y las motas ... salineras de San Pedro del Pinatar, emerge un territorio excepcional: apenas doscientas hectáreas de aguas someras que regulan los flujos entre el Mediterráneo y el Mar Menor y que son lo más parecido al corazón y los pulmones de la laguna. El Mar Menor respira a través de estos canales naturales donde se localizan las Encañizadas, artes de pesca tradicionales y sostenibles que consisten en la instalación de laberintos construidos con cañas donde los peces quedan enjaulados durante sus movimientos migratorios.
De las cinco que llegaron a estar activas desde el siglo XV en las golas de este humedal ahora en grave crisis ecológica, solo una sigue en activo –la de La Torre, recuperada en 1998 tras doce años de abandono y explotada bajo concesión por la empresa Hijos de Albaladejo SL–; de otras tres apenas queda rastro –El Charco, El Estacio y Marchamalo–; y la quinta podrá ser restaurada en breve: la del Ventorrillo, la que está situada más al norte.
Después de que la Consejería de Medio Ambiente anunciase en la Asamblea Regional hace tres años su reconstrucción, y de haber superado el trámite de evaluación ambiental simplificada, para hacer realidad este proyecto impulsado por el Ayuntamiento de San Javier y el Servicio de Pesca de la Comunidad Autónoma solo resta un permiso de ocupación de la Demarcación de Costas del Estado, informa a LA VERDAD el Gobierno regional. Otra cosa es la velocidad a la que se concrete esta iniciativa en la era económica postcoronavirus.
Para reactivar esta pesquería histórica será necesario recuperar el calado de los dos ramales de la gola en un mínimo de medio metro y una anchura de veinte; suficiente para restablecer el intercambio de agua y para el movimiento de las pequeñas embarcaciones de servicio. Este dragado de los lodos —que no alteraría el débil equilibrio del Mar Menor, según el estudio técnico– se realizaría con una bomba de succión. También se restaurarán las pedrizas que protegen el arte de pesca de los temporales y se reconstruirá el pantalán de acceso al islote, a base de tablones de madera. Las actuaciones afectarán a una superficie de casi 46.000 m2.
Ecoturismo
La intención de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de San Javier es poner en marcha de nuevo la actividad pesquera artesanal, bajo concesión, y además hacer de la Encañizada del Ventorrillo un centro de interpretación del paisaje y los valores naturales y culturales de este singular enclave costero, para fomentar el ecoturismo y la educación ambiental.
Los ecologistas y la comunidad científica siempre han pedido máxima cautela ante las propuestas de 'tocar' las golas, tanto en dragados de cierta envergadura como en mínimas actuaciones como la del Ventorrillo. A este respecto, Pacto por el Mar Menor advirtió en su día de que «toda intervención humana en las Encañizadas deberá contar con el asesoramiento del Comité Científico del Mar Menor y con el de la Cofradía de Pescadores. Cualquier actuación allí, en un espacio perteneciente a la Red Natura 2000 y protegido como parque regional, deberá cumplir con la Ley 21/2013 de evaluación ambiental y con lo establecido en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar», insiste la plataforma ciudadana.
El Instituto Español de Oceanografía advierte sobre la posible afección a las poblaciones de nacra
Los investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) consideran que las intervenciones propuestas por la Comunidad Autónoma no afectarán al intercambio entre las dos masas de agua, pero han pedido que se tenga en cuenta la presencia de nacras ('Pinna nobilis') en el interior de la laguna: el Mar Menor alberga uno de los dos únicos reservorios de este bivalvo que se encuentra en peligro crítico de extinción. El otro sobrevive en el Delta del Ebro.
La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente espera que la restauración del Ventorrillo sea positiva para el espacio natural, tomando como referencia la experiencia de la Encañizada de La Torre: según el estudio de impacto ambiental, allí se ha consolidado el islote, se ha extendido la vegetación protegida y ha aumentado la presencia de aves acuáticas.
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