Pablo Rodríguez Ros. ALEX

Un científico de acción en el Miteco

El oceanógrafo cartagenero Pablo Rodríguez Ros se une como asesor al Ministerio para la Transición Ecológica después de diez años investigando en todos los mares del planeta

Domingo, 28 de marzo 2021, 08:36

Un encuentro rápido con la vicepresidenta cuarta del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cerró el martes, pasadas ... las nueve de la noche, la primera jornada laboral en Madrid del oceanógrafo cartagenero Pablo Rodríguez Ros (30 años), flamante asesor en el gabinete de expertos de Teresa Ribera. «Es bonito que crean en ti, también muy importante que se apueste por los jóvenes», asegura a LA VERDAD «lleno de agradecimiento y también de responsabilidad» este ambientólogo de carrera fulgurante, especializado en analizar los efectos del cambio climático en el medio marino, que ha entrado en el dique seco de un despacho después de diez años de proyectos científicos y expediciones en todo el planeta. Un tercio de su vida dedicado a la formación y a la aventura que recogió en 'Argonauta' (Raspabook), un libro más que recomendable para futuros investigadores. Y para quienes quieran aprender y divertirse leyendo.

Publicidad

¿Qué se le ha perdido en una oficina ministerial a Pablo Rodríguez Ros, un hombre de acción? Vivir una nueva y diferente experiencia profesional, empujado por un «imperativo moral», se sincera. «Estamos en una encrucijada muy importante y se nos presenta una gran oportunidad con los fondos europeos para la recuperación por la Covid-19, que tienen como uno de sus principales condicionantes la transición ecológica. Esta circunstancia me ha dado el impulso para aceptar este ofrecimiento; siempre podré decir que estuve allí en un momento clave, aportando lo mejor de mí».

«Mi papel es reforzar el gabinete y colaborar con los expertos en las áreas de Medio Ambiente, Energía y Reto Demográfico»

Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia y doctor en Ciencias del Mar –y cursando un máster en Gestión de Políticas Públicas en la Universidad de las Islas Baleares que terminará 'online'–, Pablo Rodríguez Ros llega al Miteco después de pasar un proceso de selección en el que se valoró su perfil «transversal». Apenas ha estado tres meses en su primer empleo estable después de una década de navegación e investigaciones: la jefatura de la Unidad de Cultura Científica, Innovación y Relaciones Institucionales en la delegación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Baleares. Como este centro tiene su sede en Esporles, un pueblecito de la Sierra de Tramontana, era raro el día en el que a la salida del trabajo no se perdiera por las montañas cercanas a pie, corriendo o en bicicleta. En verano no perdona un día de buceo, preferentemente en Cabo de Palos y equipado de la manera más sencilla:máscara, tubo y aletas.

Sus rutinas serán diferentes en Madrid, donde tendrá que trabajar «bien vestido, con traje pero sin corbata, salvo que la ocasión lo exija», para integrarse en «un equipo multidisciplinar en el que hay muchos expertos, y muy buenos, en todas las materias que son competencia del Ministerio. Yo solo soy uno más», afirma con humildad, «aunque soy consciente de que estoy en un organismo de la Administración en el que puedo volcar toda mi formación técnica y mi interés científico y profesional».

Publicidad

«Diálogo» con el Mar Menor

La carrera de Pablo Rodríguez Ros no puede ir más rápido: «Sé dónde están mis límites. Mi papel es reforzar el gabinete y colaborar con los expertos en las áreas de Medio Ambiente, Energía y Reto Demográfico». Acerca de si su condición de cartagenero puede ayudar a mejorar la coordinación entre el Ministerio y el Gobierno regional para la recuperación del Mar Menor, la respuesta no puede ser más diplomática: «Hacemos un trabajo en equipo y cualquier asunto que abordemos será por el interés general, no por el mío propio. Pero habrá cordialidad y diálogo con todas las administraciones competentes», asegura quien ha navegado en la Antártida enrolado en el Buque de Investigación Oceanográfica 'Hespérides' que su padre, empleado de Navantia desde los catorce años, ayudó a construir. También su bisabuelo, su abuelo y su hermano han trabajado en el astillero Bazán –en Cartagena, la 'Basán'–.

Después de unos primeros días «frenéticos» en su nuevo destino, en los que se alojó en la legendaria Residencia de Estudiantes del CSIC hasta alquilar un piso en la zona de La Vaguada, el investigador cartagenero se aplicará en «hacer la necesaria transición ecológica, con ciencia y con conciencia».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad