25 años robando agua en el Talayón
Más de dos décadas ha estado arrancado día y noche el motor que ha extraído dos hectómetros de caudales subterráneos en un espacio protegido de Águilas
La rambla del Talayón, un cauce de extraordinario valor natural en el corazón de la Sierra de Almenara, ha salido esta semana en la crónica de sucesos. Por fin se ha destapado, gracias a una intervención del Seprona, el robo descarado de agua a los pies de la perfecta pirámide de piedra caliza (879 metros) que corona este espacio protegido (Red Natura 2000, amigos) entre Águilas y Lorca. Lo malo es que 'sólo' han tardado unos veinticinco años en percatarse.
Tres detenidos, 17 investigados y cinco empresas agrícolas implicadas en una trama presuntamente delictiva dedicada a arrebatar a toda la sociedad (a usted y a mí) un recurso tan escaso y vital como el agua subterránea, empobreciendo la naturaleza en origen y en destino: en el lugar donde se pincha el pozo ilegal y en la zona donde se han estado vendiendo estos caudales, 24 parcelas de secano que se han transformado en regadío (unas 125 hectáreas en total). Entre medias, una red de tuberías de doce kilómetros.
Cualquiera que haya paseado en los últimos tiempos por este rincón de la Almenara, en la diputación aguileña del Barranco de los Asensios, sabe que este sondeo fraudulento ha estado funcionando las 24 horas del día desde hace al menos veinticinco años. Y en todo este tiempo, ni el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guarcia Civil (Seprona), ni la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), ni los agentes medioambientales de la Comunidad Autónoma se han enterado. Cuesta creerlo. Todos tienen competencias y la obligación de ser diligentes en la vigilancia de los espacios naturales.
Delitos contra el medio ambiente
Al menos el Seprona, aunque muy tarde, se ha decidido a desmontar este grupo de delincuentes, presuntos autores de delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, defraudación, usurpación y receptación de aguas subterráneas, que habrían extraído ilegalmente dos hectómetros cúbicos.
El jefe de la banda, según ha podido saber LA VERDAD, es un viejo conocido de la CHS. Empezó con un motor portátil de pequeño tamaño, nada que ver con el enorme grupo electrógeno que acaba de descubrir la Guardia Civil.
No es popular decir esto, pero parte de la agricultura de la Región de Murcia se sostiene sobre una gestión pirata del agua, con una malla de conducciones que nos sorprendería si se desenterrara. Ahí están los cientos de pozos y desalobradoras ilegales del Mar Menor, la perforación nocturna de sondeos en el Noroeste y el Altiplano (donde se están desplazando los cultivos de sandías y lechugas), y muchos otros casos como el de la rambla del Talayón. Unos pozos se precintan y aparecen de vez en cuando en las noticias, otros muchos siguen desangrando los acuíferos en beneficio de unos pocos y en perjuicio de todos.
A las águilas perdiceras, los búhos reales y las tortugas moras les va a costar acostumbrarse al silencio en la rambla del Talayón, después de tantos años soportando el ruido infernal de un motor de gasoil.