Rusia promociona el turismo en la Ucrania ocupada
Estos creadores de contenido también son un arma de guerra para fomentar el sentimiento ruso en los territorios invadidos
Tres años y medio después del inicio de la invasión de Ucrania, Rusia trata de vender normalidad en los territorios anexados a través de las ... redes sociales, convertidas en armas de guerra con la intención de que el sentimiento ruso cale entre la población local. Este poder más sutil tiene su mayor exponente en Mariúpol, al norte de Crimea, donde también pretende relanzar el turismo en las zonas bajo ocupación.
Una investigación de la televisión estadounidense CNN destapó un programa del Kremlin para que los residentes de la ciudad ocupada, incluidos los estudiantes, sean formados en nuevas comunicaciones y «escuelas de blogueros». Aunque estos creadores de contenido no cuenten con amplias audiencias en comparación con los grandes 'influencers', los expertos señalan que Moscú necesita voces locales para blanquear las acciones de Vladímir Putin y fomentar la idea del bienestar bajo el actual statu quo. «El mundo ahora necesita realmente la verdad sobre las vidas de los nuevos ciudadanos rusos que han pasado por mucho… pero eligieron hablar ruso, pensar y soñar en ruso», se presenta este proyecto.
«Mirad lo que Rusia está haciendo en Mariúpol. Esperad, están construyendo, no demoliendo... ¡Esto es Mariúpol, nuestra ciudad rusa!», defiende Pavel Karbovksy, profesor de uno de estos centros de blogueros, en un vídeo colgado en TikTok en el que muestra las obras de una promoción de nuevos apartamentos en uno de los territorios que consideran «liberados».
«Mostrar la verdad»
Karbovsky está entre el creciente grupo de creadores de contenido que dibujan un panorama idílico de renovación en las ciudades y pueblos de las cuatro regiones ucranianas tomadas por Rusia en 2022 (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia). En una entrevista concedida a la CNN, sostuvo que no actúa como un propagandista, sino que su misión es «mostrar la verdad» sobre la vida en las zonas ocupadas. «Sé cómo captar visitas y crear contenido, así que me invitaron a dar clases a jóvenes de entre 16 y 22 años», explica sin aclarar quién financia esta iniciativa.
Estos pequeños líderes de opinión locales promocionan el proyecto de «rusificación» de Moscú en Mariúpol en las redes sociales, aunque con distintos enfoques. Algunos sí que se muestran claramente prorrusos y culpan a Ucrania del sufrimiento de la zona, mientras otros no entran en el campo político y se centran en las acciones de restauración, con una audiencia que no es masiva -cuentan entre 3.000 y 40.000 seguidores-. Por ejemplo, en uno de los vídeos compartidos en Telegram, una niña relata cómo ha cambiado la ciudad: «Se ha vuelto mucho más interesante, más colorida. Está creciendo rápidamente».
Eso sí, en sus vídeos no hay ninguna referencia a la destrucción que motiva la reconstrucción. El asedio ruso a Mariúpol fue uno de los más cruentos desde que comenzó la invasión de Ucrania hace más de tres años. Según estimaciones de la ONU, el 90% de los edificios residenciales fueron destruidos o sufrieron daños y 350.000 personas -de una población de 430.000 antes de la guerra- huyeron del lugar como consecuencia de los bombardeos. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que 20.000 civiles perdieron la vida en la ciudad portuaria, aunque esta cifra no se puede verificar.
Moscú considera una prioridad estratégica mantener el control de este enclave, por lo que ha llevado a cabo grandes inversiones. «Le estamos prestando mucha atención a Mariúpol», declaró Putin el pasado mes de diciembre durante su rueda de prensa anual. El líder ruso visitó la ciudad en marzo de 2023 para presentar las iniciativas de «restauración» y reunirse con los residentes. En momento de este encuentro se viralizó en redes sociales por la interrupción de una voz fuera de cámara al grito de «¡Todo son mentiras, es solo una fachada!».
En este sentido, aunque la reconstrucción está en marcha, todavía hay una destrucción considerable en las calles de Mariúpol. Hay quejas por la calidad de las nuevas viviendas y muchos de los que perdieron sus hogares todavía no han sido realojados. Asimismo, los vecinos denuncian que se están levantando edificions que permanecen vacíos y se están confiscando las casas de los ucranianos huidos para dárselas a otros.
Reconstrucción turística
El siguiente paso del Kremlin es recuperar el turismo en la zona. Para ello, se ha reconstruido el malecón y el paseo marítimo de Mariúpol. En mayo, el alcalde nombrado por Rusia, Oleg Morgun, vaticinó que la ciudad atraería un millón de turistas en 2030. Y la forma de atraerlos también sería a través de creadores de contenidos en las redes sociales. 'Influencers' prorrusos comparten paisajes paradisíacos y edificios recién recuperados, como el Teatro Dramático donde cientos de civiles se refugiaron de las balas y los bombardeos de las tropas de Moscú.
Hace no mucho las playas de aguas cálidas y poco profundas el mar de Azov eran el principal atractivo turístico de Henichesk, una ciudad costera cercana a Mariúpol. Pero ahora estos arenales se muestran desiertos en pleno mes de agosto, tras haberse convertido en un campo de batalla. Es una de las vistas idílicas que blogueros y periodistas intentan vender como un destino vacacional viable. «Todo es hermoso y está bien cuidado, estoy seguro de que se convertirá en una meca turística», pronostica Andreo Usynin, un creador de contenido ruso de Crimea.
Según recoge la agencia estatal Tass, de forma paralela, el Gobierno ruso ha invertido cientos de millones de rublos (al cambio millones de euros) en planes de desarrollo turístico y hostelero en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia -ocupadas desde 2024-. Así, pretenden convertirlas en un destino de «turismo médico y de salud» en sanatorios de estilo soviético y un «turismo militar-patriótico, industrial y de peregrinación» a lo largo del mar de Azov.
Crimea, anexionada por Rusia en 2014, también ha experimentado un proceso similar. Allí las administraciones han organizado festivales y conciertos, a la par que magnates rusos han financiado con millones de euros la construcción de hoteles.
En la actualidad Jersón está levantando una ciudad turística con capacidad para 30.000 personas, donde los veteranos de la guerra de Ucrania disfrutarán de un «alojamiento preferente». En Zaoriyia se esperan 150.000 visitantes y 100.000 en Jersón.
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