Eslovenia se une a España y renuncia a elevar al 5% el gasto en la OTAN
El primer ministro aclara que el objetivo suscrito en la reciente cumbre de la Alianza «no es vinculante» y fija en el 3% el desembolso en defensa para 2030
I. Ugalde
Martes, 1 de julio 2025, 18:14
Pese a que Donald Trump no dudó en calificar la reciente cumbre de la OTAN como «la más unida y productiva de su historia», la ... realidad parece quitarle la razón. A la rotunda negativa de España de elevar al 5% del PIB el gasto en la Alianza en los próximos diez años -contra quien arremetió el presidente estadounidense con la amenaza de hacerle «pagar el doble» en una guerra comercial- este martes se ha sumado Eslovenia. En una entrevista a la televisión estatal, el primer ministro, Robert Golob, ha dejado claro que su país no cumplirá el objetivo suscrito en la reunión celebrada hace una semana en La Haya porque «no es una declaración vinculante». En su lugar, fija un límite del 3% en defensa para 2030.
Golob, que lidera un Gobierno de coalición compuesto por su partido, el liberal Movimiento Libertad, junto a socialdemócratas y La Izquierda, ha visto cómo el debate sobre el gasto en la Alianza ha provocado fracturas y recelos en su gabinete. Por ese motivo, ha repensado su respuesta a la OTAN al argumentar que documentos como el firmado en la cumbre del pasado 24 y 25 de junio no implican obligaciones en términos legales para los firmantes. Los objetivos, razonó, se adoptan por consenso, sin «votación real». De ahí que ahora haya optado por asumir una postura «idéntica» a la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
El mandatario esloveno, en sintonía con España, defiende ahora que el propósito de su país ante la Alianza pasa por contemplar un compromiso en materia de capacidades y no tanto un objetivo de gasto. En cualquier caso, ha dejado claro que para este año, «el 2% será suficiente», frente al 2,1% que propuso Sánchez para este 2025. Su respuesta da un claro portazo a la exigencia de Trump de desembolsar un 5%, una propuesta asumida como propia por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, bajo la fórmula de destinar el 3,5% del PIB a gasto militar puro y un 1,5% adicional a inversiones relacionadas.
La nueva voz discordante en el seno de la Alianza se espera que pueda abrir la veda entre otros socios, que ya antes de la cumbre de La Haya mostraron públicamente sus reticencias a alcanzar los umbrales del 5% en Defensa. Se trata de países como Eslovaquia y Bélgica. En el primer caso, el jefe de Gobierno de Brastislava, conocido por su postura prorrusa y que enfrenta un serio desafío económico a causa del déficit, reivindicó el «derecho soberano» a decidir cómo cumplir con el objetivo para 2035 e incluso amagó con una hipotética salida de la OTAN. «Solo tenemos dos caminos: cumplir con estas exigencias de gasto militar o abandonar», deslizó.
Por la parte belga, el ministro de Exteriores, Maxime Prévot, abogó por una «máxima flexibilidad» para decidir el gasto, sin poner en riesgo otras partidas esenciales, como alegó Sánchez, al asegurar que tal cuantía del 5% pondría en peligro en España «el Estado del bienestar» y afectaría gravemente inversiones clave como las pensiones o las ayudas sociales. Al mismo tiempo Prévot avanzó que su país no alcanzaría el compromiso del 3,5% «ni a corto ni a medio plazo», si bien su Gobierno accedió finalmente a respaldar el manifiesto de La Haya.
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