El Gobierno de Trump vuelve a arrestar al salvadoreño Abrego
Tras permitirle el viernes salir en libertad, la Fiscalía le amenaza ahora con deportarle a Uganda si no se declara culpable de tráfico humano
El Gobierno de Trump cumplió su palabra. El viernes, el mismo día en que le permitió salir en libertad por orden un tribunal a la ... espera de juicio, el Gobierno amenazó a Kilmar Abrego García, de 30 años, con deportarlo a Uganda si no se declaraba culpable de tráfico humano y, como consecuencia, aceptaba ser enviado como refugiado a Costa Rica. El salvadoreño residente en Maryland –deportado por error en marzo– se ha convertido en un símbolo de la injusticia y los engaños de las expulsiones masivas de Trump, en las que supuestamente solo se deporta a pandilleros y delincuentes peligrosos, por lo que su puesta en libertad dejaría en cuestión una de las políticas claves del mandatario republicano.
Este luner, cuando se presentó a la cita con Inmigración que le dieron el viernes, fue detenido nuevamente. Por primera vez desde que fuese arrestado hace seis meses, acababa de pasar un fin de semana con su esposa y sus tres hijos en su casa de Maryland. Llegó a las oficinas de Inmigración de Baltimore, acompañado de su familia, sus vecinos y un buen número de activistas que le apretaban la mano en solidaridad. Miró al cielo y entró. Dentro, se cumplió la amenaza.
El Gobierno de Trump no está dispuesto a reconocer que su deportación fue un error, ya que estaba protegido por una orden judicial en su proceso de asilo político y no constaba contra él acusación alguna. De hecho, así se lo reconoció al juez de Inmigración un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, que fue inmediatamente relevado del caso. Tras la orden de devolución, el Gobierno alegó no poder repatriarlo desde El Salvador. Finalmente, lo hizo en junio, pero para ingresarlo en una cárcel de Nashville acusado de tráfico de inmigrantes indocumentados.
«Nunca vivirá en Estados Unidos»
El Ejecutivo ha prometido que «nunca vivirá libre en suelo estadounidense». Abrego fue acusado primero de ser un pandillero y cuando se demostró que las fotos de sus nudillos habían sido alteradas para presentar tatuajes que no tiene, se hurgó en su pasado hasta encontrar en 2022 un incidente de tráfico por exceso de velocidad en Tennessee. Viajaba en un vehículo con ocho pasajeros «sin equipaje, y dieron todos la misma dirección», lo que hizo sospechar al agente que se tratase de tráfico humano, sin que procediera a detenerlos ni presentara acusación alguna. Trump lo considera «un animal». La secretaria de Seguridad, Kristi Noem, se refiere a él como un «maltratador», por tener una denuncia de violencia doméstica, y un «depredador infantil», escribió ayer en X. «Su sitio está en la cárcel, no en las calles, como quieren los progres de izquierda, para que aterrorice a los ciudadanos estadounidenses».
«La cita de ayer claramente era falsa», dijo su abogado. Un cebo para volver a detenerle tras tres días en libertad. El equipo legal ha presentado en Maryland un recurso de habeas corpus para impedir su deportación a Uganda por no haber tenido la oportunidad de mostrar su temor a ser torturado en ese país, donde «su seguridad y su libertad están amenazadas», dijo el abogado. El salvadoreño, que ya ha pasado por cuatro cárceles sin haber sido condenado, quiere una oportunidad de defenderse en un juicio, pero de momento con este habeas corpus sólo queda legalmente blindado durante dos días.
La alternativa es aceptar la oferta de Costa Rica, país que está dispuesto a acogerlo a él y a su familia como refugiados, algo en lo que Abrego García no quiere convertirse de nuevo, dejando atrás la vida que ha construido con su familia en Maryland -su esposa e hijos, tienen estatus legal-. «La campaña de represalias del Gobierno continúa para el señor Abrego, pero él se niega a ser coaccionado para declararse culpable de un caso que nunca debió haberse presentado», dijo su abogado, Simon Sandoval-Moshenberg. El letrado exige, además, que, si se le envía a un tercer país se le otorgue un estatus permanente que impida su eventual entrega a El Salvador, donde ha incluido en su petición de asilo político temor fundado a perder la vida.
Chris Newman, director legal de la organización National Day Laborer Organizing Network, que asesora a la familia Abrego, acusa al Ejecutivo de Trump de haber convertido a su cliente en chivo expiatorio y de utilizar la más alta oficina del país para incriminar y castigar a un hombre inocente. «Claramente, el gobierno de Trump está improvisando todo por el camino», se indignó.
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