Japón ahorca al 'asesino de Twitter' por matar y descuartizar a nueve personas
Takahiro Shiraishi, un veinteañero en el momento de los hechos, captaba en redes a personas que mostraban ideas suicidas y las llevaba hasta su piso con la excusa de ayudarles a morir
Takahiro Shiraishi solía rastrear a fondo las redes. Leía un comentario, otro, otro... hasta que daba con alguien que había utilizado internet como altavoz para ... compartir sus ideas suicidas. Bingo. Contactaba con esa persona y le ofrecía su ayuda para morir. Al menos nueve, la mayoría chicas jóvenes, aceptaron la propuesta y acabaron descuartizadas en el piso que este veinteañero -ahora tenía 34 años- poseía en la localidad nipona de Zuma, cerca de Tokio. La cadena de crímenes se remonta a 2017. El autor de los hechos, conocido como el 'asesino de Twitter', ha sido ejecutado este viernes en Japón, que mantiene la pena de muerte con una elevada aceptación por parte de la población.

Hacía tres años que el país asiático no ejecutaba a ningún reo y el propio ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, ha explicado que la decisión deriva de «una detenida reflexión». El tribunal que le condenó en 2020 a la pena capital aseguró que Shiraishi era apto mentalmente para responder por los crímenes que él mismo reconoció haber cometido. Sus abogados, sin embargo, defendieron que sus nueve asesinatos suponían en realidad delitos menores porque las propias víctimas habían expresado su deseo de morir. No convencieron al juez, que sentenció que los fallecidos no habían dado su consentimiento y, además, la Fiscalía probó que habían mostrado resistencia mientras el 'asesino de Twitter' las estrangulaba.
Shiraishi fue acusado de «robo, violación, asesinato, destrucción y abandono de cadáver». Las víctimas tenían entre 15 y 26 años, la mayoría mujeres. La última fue un hombre de 17. El ministro de Justicia recordaba este viernes el 'modus operandi' del ejecutado, que «golpeaba, estrangulaba y mutilaba» a las personas que había logrado llevar hasta su piso. Algunos de sus restos acababan «guardados en cajas» y otros «arrojados a un vertedero». Todo «por la egoísta razón de satisfacer sus propios deseos sexuales y financieros», ha subrayado Suzuki.
Indulto
La ejecución del 'asesino de Twitter' se ha producido medio año después de que otro preso, Iwao Hakamata, de 89 años, fuera indultado tras pasar más de cuatro décadas en el corredor de la muerte tras ser condenado por un cuádruple crimen cometido en 1966. Una situación que reabrió el debate sobre este castigo en Japón -el único país del G7 junto a Estados Unidos donde sigue en vigor- pese a que cuenta con un enorme apoyo entre los nipones. Una encuesta encargada por el Gobierno de Tokio en 2024 arrojó que el 83% de los encuestados consideraba que era una medida «inevitable».
La pena capital tiene una gran aceptación entre la población nipona y una encuesta de 2024 reveló que ocho de cada lo consideran una medida «inevitable»
En la actualidad hay un centenar de reos en el corredor de la muerte en Japón, donde las ejecuciones se realizan siempre mediante ahorcamiento y, generalmente, se comunican a los presos con escasas horas de antelación. La ley determina que la condena debe aplicarse en un plazo máximo de seis meses después de la sentencia definitiva pero, a menudo, pasan años, como le ha ocurrido a Shiraishi.
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