Tórtola Valencia, la danzarina Maja
La vida de esta artista tiene tanto de ficción como de realidad. Antes de los tiempos del marketing, Tórtola Valencia invitaba a jóvenes poetas mexicanos ... a merendar y les daba entradas para su espectáculo. A cambio consiguió que 150 de ellos escribiesen versos en su honor. El brillo nacarado de las palabras. Hay alrededor de Carmen muchos inventos, como que Rubén Darío le dedicó su 'Bailarina de pies descalzos'. No es verdad. La homenajeada era Isadora Duncan y es tan fácil de desmentir este dato como saber que el poema lo escribió en 1907 y Tórtola debutó un año después en el Gaiety Theather de Londres, como parte del espectáculo 'Havana'.
Carmen era lista. Se forjó una leyenda llena de fantasías y misterios, cierto, pero eso no le resta valor en absoluto. Que si era la hija bastarda de un aristócrata, que si por su sangre corría la sangre azul. Pero no. La bailarina era hija de un catalán y una sevillana. Se dice que incluso nació en el barrio de Triana y que muy joven la llevaron con un tío de la chiquilla a Londres. Espumó con ciertos lujos, aprendió cinco idiomas y artes de todo tipo. Los padres se marcharon a México buscando fortuna y encontraron la muerte en Oaxaca entre 1891 y 1894. Este es realmente el misterio más inquietante de la vida de Tórtola. ¿Qué fue de ellos? ¿Por qué esas muertes abruptas?
El tío burgués de Carmencita cayó en desgracia y con 26 años se puso a trabajar, decidida a ser bailarina al estilo de la Duncan. Fue más allá. Investigó danzas orientales y tribales y aplicó todo ese saber antropológico a sus coreografías. Su investigación y pasión por la danza también lo trasladaría a la pintura. En 1920 la Galería Layetana de Barcelona exhibió 45 de sus obras sobre danza. Ecléctica y polifacética, hizo cine de la mano de Joan María Codina.
Tórtola Valencia no triunfó de forma categórica en los escenarios españoles que preferían a las cupletistas y a Imperio Argentina, pero sí mantuvo una esplendorosa relación con literatos, intelectuales y artistas: Julio Romero de Torres y Zuloaga la retrataron. Este último creó el famoso retrato de La Maja. Valle Inclán, Pío Baroja y Gómez de la Serna le dedicaron versos. No sabemos si a estos los invitaba a merendar.
Se convirtió en musa y modelo publicitaria. Aún hoy la marca Myrurgia fabrica esa fragancia y jabones que se escondían en los cajones de nuestras abuelas: Maja. Todavía, una estilizadaTórtola Valencia se abanica con seductores ojos negros desde los frascos de colonia. El rasgo más sobresaliente de Carmen era su belleza, algo que utilizó siempre con inteligencia.
Al inicio de su carrera, Europa fue su escenario natural, desde el Wintergarten alemán al Follies Bergère, donde fue conocida como la Bella Valencia. De vuelta a España, su comadre, Raquel Meller le dio la entrada en Barcelona.
Cautivó a políticos de todas las épocas y, como no, a los reyes, de vida regalada, que veían en Carmen un exotismo irresistible. Se cuenta que el Archiduque de Baviera la invitó a pasar una temporada y le propuso matrimonio. Algo que no encajaba en absoluto en los planes de la bailarina que prosiguió sus giras por América Latina, donde se enamoró del arte precolombino.
Una de las parejas que se le adjudicó en la época fue la del escritor Antonio Hoyos y Vinent, enclavado en la corriente estética del decadentismo. Esto no era más que una tapadera para que ambos pudieran disimular su sexualidad. Por entonces, Tórtola ya mantenía una relación amorosa con Ángeles Vila-Magret,14 años menor, que se convirtió en su sombra desde que las presentara un amigo en 1928.
Tuvo un periodo peligroso de adicción a la morfina que abandonó para abrazar el budismo y el veganismo. Cuando su carrera estaba en todo lo alto, abandona. Era el año 1930. Su objetivo: mantener la leyenda.
En 1942 adopta legalmente a su amante y pupila, Angelita. Juntas, viajarán por el mundo, Carmen incrementará su colección de arte precolombino, recibirán visitas en su casa. Así, hasta 1955. Una insuficiencia cardiaca se llevará a Carmen Tórtola Valencia que muere en los brazos de su amor. Ambas descasan juntas en el cementerio de Poble Nou. El fondo de partituras de Tórtola Valencia se conserva en la Biblioteca de Cataluña. El Museo de Artes Escénicas guarda 112 piezas de indumentaria, 246 cuadros y casi 1.500 fotografías.
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