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la verdad
Lunes, 25 de junio 2018, 13:31
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Amaia Montero, exvocalista del grupo de música 'La oreja de Van Gogh', ha pasado por uno de los momentos más duros de su vida. Hace unos días, la cantante se veía envuelta en una gran polémica debido a unas actuaciones que no fueron de lo más acertadas. Desde ese momento, la cantautora vasca ha sido tremendamente criticada por unos seguidores que aseguraban que la cantante había subido ebria a los escenarios.
Sin embargo, no todos han abucheado a Amaia Montero, sino que muchos artistas han salido a defender a la cantante. No obstante, el mensaje que más ha llamado la atención ha sido el de Manolo García, quien escribía en su página web una larga carta donde explicaba nadie es perfecto: «Te conozco desde hace bastantes años, Amaia. Nos hemos encontrado en muchas fiestas de radio, entregas de premios… y siempre nos hemos saludado, siempre has tenido una palabra cariñosa para mí. Sabemos que la vida es una montaña rusa y hoy quiero enviarte un abrazo sincero, leal a esa amistad en la distancia pero profunda que siento por ti. Un abrazo cósmico», comenzaba a escribir el artista.
«Ahora que está tan de moda el Me Too, a mí me ha pasado de todo. He subido con alguna copa de más a un escenario, he patinado con un playback que no entraba en pleno directo de televisión, me he olvidado la letra de una canción bastantes veces, en multitud de ocasiones he salido a escena con ropas tan desacertadas como para morirse de risa y hasta me he colado en un agujero escenario abajo», admitía Manolo García, quién además continuaba preguntando: «¿Qué sucede? ¿Que una pifia, un error, una metedura de pata pesan más que tantas y tantas noches de entrega, de buenos conciertos? Pues claro que no. Y como dice la Biblia, el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra»
Finalmente, el cantante terminaba la carta abierta dedicada a su gran amiga Amaia Montero con unas bonitas palabras donde le recordaba que los momentos buenos durante su carrera siempre superarán a los malos: «Ayer hablé contigo y al colgar el teléfono pensé en los años que llevas en el oficio de la música y en la cantidad de veces que habrás subido a un escenario y habrás dado felicidad al público junto a tus compañeros músicos. Eso, tu entrega de tantas noches a tanta gente es tu salvoconducto para ser respetada, como debería serlo todo el mundo».
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