Lyle y Erik Menéndez mataron a sus padres a sangre fría un caluroso 20 de agosto de 1989. Unos días antes compraron las armas en ... San Diego. Sus abogadas intentaron eliminar el cargo de homicidio por el de «defensa propia imperfecta». Los chicos aseguraban sentirse en peligro de muerte «inminente». José Menéndez, su padre, abusaba de ellos mental, física y, aseguran, sexualmente. La madre, Kitty, miraba hacia otro lado. Creía haber parido a un par de sociópatas. Sus días transcurrían entre el alcohol y la depresión.
En el hogar de los Menéndez, José era el rey. El próspero hombre de negocios escapó de la Cuba de Fidel siendo adolescente. Su vida prerevolucionaria era buena. El padre era un exitoso jugador de fútbol. La madre, campeona de natación. La clave del carácter dominante de José, dicen, está en ella. De niño ya era incontrolable.
José fregó platos en Pennsylvania. Consiguió una beca deportiva en Southern Illinois. Allí conoció a Kitty. Una joven de clase media americana con título de belleza y aspiraciones artísticas. Se casaron.
José trabajó en Hertz y en poco tiempo se hizo con el mando. Le acompañó la mala reputación. Tenía una escandalosa falta de respeto y empatía hacia sus empleados. Eso sí: conseguía cifras. De ahí saltó a la división de entretenimiento de RCA. Menéndez desconocía todo del negocio musical, pero sus artistas brillaron de forma indiscutible. Los grandes éxitos de Eurythmics y Dolly Parton son de su época. La compra de la banda Menudo le terminó de encumbrar. Ahí encontramos a un jovencísimo Ricky Martin.
El pasado 2023, Roy Roselló, excomponente de Menudo, denunció haber sufrido abusos sexuales por parte de Menéndez en la casa de este en New Jersey en 1984. Un par de años después, José se marcha de RCA.
Los Menéndez llegan a Los Ángeles y se instalan en el lujoso suburbio de Calabasas. Lyle entra en Princeton con mucho esfuerzo y donaciones de José y Erik prosperaba -nunca lo suficiente- en el tenis. Lyle es expulsado de la prestigiosa universidad por copiar en un examen y Erik se siente estancado, abrumado por los gritos y exigencias de su padre. Lyle, arrogante e inconformista, planea robar en las casas de los vecinos para financiar una película. El guion lo escribieron ellos, lo trascribió Kitty. Iba de unos jóvenes ricos que matan a sus padres para quedarse con la herencia.
José, defraudado, obliga a sus hijos a visitar casa por casa y devolver lo robado. Se marchan a Beverly Hills. Viven en el 722 de North Drive Elm, la suntuosa mansión que acogió a estrellas como Elton John y Prince. El día de los hechos, Kitty y José estaban medio adormilados viendo una película. Sus hijos entraron con ambas Mossberg calibre 12 y mataron a quemarropa a sus padres. Una masacre rabiosa. Quedaron irreconocibles.
Lyle y Erik montaron un funeral de chicha y nabo, y se dedicaron a vivir la vida loca. Hoteles caros, Rolex, ropa de alta costura. Un Porsche 911. Medio millón de dólares en seis meses. Todo iba bien. Lyle estaba exultante: Papá estaría orgulloso de nosotros. Pero Erik confesó a su psicólogo las pesadillas y el asesinato. Una paciente-amante de este grabó las conversaciones y el doctor decidió ir a la policía.
El primer juicio quedó en tablas. Para el segundo, O. J. Simpson había quedado en libertad y los jueces de Los Ángeles en entredicho. Los Menéndez no se saldrían con la suya. El jurado tendría que decidir entre culpables por homicidio o inocentes. Sin termino medio.
Existe una carta donde hace años Lyle confesaba a su primo Andy los abusos del padre. No fue admitida como prueba. El resultado: cadena perpetua sin posibilidad de remisión.
Hoy, Lyle tiene 56 y Erik 54. Lyle se ha casado dos veces estando en prisión. Ahora tiene una joven novia de 21 años, Milly. Erik lleva desde 1999 con Tammi Saccoman.
En su día, los medios ridiculizaron a los hermanos Menéndez. En la actualidad, una corriente de opinión los apoya desde las redes sociales. Lo que hicieron fue terrible, pero, después de 35 años, muchos opinan que ya han cumplido su pena y, quizá, aprendido algo de la vida y de la muerte.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión