Michael Phelps reconoce que «gracias a Dios» no se suicidó en 2014
El nadador olímpico y mito deportivo admite sus problemas con el alcohol y el juego
C. García
Lunes, 8 de agosto 2016, 19:13
Hoy, Michael Phelps es un laureado deportista olímpico. Su sombra ya es un mito y, presumiblemente, más tras estos Juegos Olímpicos de Río 2016 por ser el deportista con más medallas de la historia. Sin embargo, de estar en lo más alto de los podios olímpicos, hace dos años, tocó fondo en su vida.
Michael Phelps salió de Londres como un deportista ejemplar, sin embargo, dos años después, ocupó portadas de periódicos por otros motivos. Las drogas, el alcohol y el juego se habían convertido en un problema para el nadador y ahora, revela como superó sus adicciones.
En una entrevista para ESPN Deportes, Michael Phelps explica que se veía sólo como nadador, había olvidado sus valores como persona. «No tenía autoestima. Estaba hundido, en lo más bajo, me sentía perdido. Estaba fuera de control. Era como una bomba a punto de estallar», explica Phelps.
Un amigo, jugador de fútbol americano, Ray Lewis, recomendó a Michael Phelps acudir a un centro de rehabilitación. El nadador cuenta que barajó la idea de «acabar con todo», admite que «toqué fondo». Acudir a un centro recomendado por Lewis le salvó y también lo hizo un libro que le prestó su amigo, 'Una vida con propósito', escrito por el pastor Rick Warren.
Michael Phelps explica en ESPN que «Dios salvó mi vida» y que el libro le ayudó a ver que «hay un propósito para esta vida». La lectura también le reconcilió con su padre, a quien guardaba rencor desde niño por el divorcio con su madre.
Una vez rehabilitado, Michael Phelps retomó sus entrenamientos de cara a Río 2016, se comprometió, se casó y hace unos meses, fue padre. La paternidad es una experiencia que ha cambiado por completo a Phelps y le ha devuelto definitivamente la fuerza para seguir adelante en la vida.