Ternera guisada a la jardinera

Todo un clásico de la cocina tradicional. Un plato sabroso y nutritivo que exige tiempo y mimo para su preparación. Vamos a ello. Salpimentamos la carne cortada en trozos de bocado y la enharinamos ligeramente.

Ponemos una olla exprés al fuego con un buen chorro de aceite de oliva y cuando esté bien caliente, ponemos a dorar la carne. Queremos sellarla bien por todas partes y, de paso, que se nos pegue un poco el fondo de la olla. La vamos sacando a un plato cubierto con papel de cocina para que escurra el aceite sobrante. Bajamos el fuego y en ese mismo aceite añadimos las cebollas cortadas en una juliana muy fina, el pimiento, de la misma manera y las zanahorias en rodajas. Añadimos un poco de sal para ayudar a que suelten el agua y vamos pochando rascando el fondo con una espátula de madera, para ir sacando todos los jugos caramelizados.

A los 15 minutos, añadimos el vino tinto y dejamos que reduzca, al menos, a la mitad. Añadimos la carne que teníamos reservada, la cabeza de ajos entera, un pellizco de cominos, seis cucharadas de tomate triturado, el tomillo y el romero. Removemos bien y añadimos el caldo, que no llegue a cubrir la carne. Tapamos la olla y cuando empiece a sonar la válvula de seguridad, contamos 90 minutos.

Pasado este tiempo, soltamos la presión, abrimos la olla, y si está demasiado caldoso, la dejaremos destapada al fuego bajo para que reduzca y se concentren los sabores.