Muchas veces se recurre a conjeturas que pueden parecer razonables. La ingesta de la carne es uno de esos temas sobre el que se ha ... conjeturado. Hace millones de años, la alimentación era vegetal y en algún momento debió surgir que los homínidos comieran carne. Siempre se ha creído que impulsó la evolución y desencadenó el crecimiento del cerebro.
La primera premisa es que los alimentos animales son más fáciles de digerir que los vegetales. Aportan aminoácidos y nutrientes esenciales, minerales, ácidos grasos, hierro, zinc y vitamina B12. Sabemos que los homínidos, todavía en África, comían carne hace 2 millones de años. Se evidencia en las herramientas para descuartizar y procesar la carne, con marcas de corte en los huesos de los animales encontrados. A orillas del lago Victoria, hay evidencias datadas en 2.9 millones de años. Posteriormente, hace unos 250.000 años, los neardentales eran carnívoros. Ahora se han identificado en Sudáfrica niveles de isótopos en el esmalte de dientes fosilizados de Australopitecus, evidenciando la ingesta de carne, hace unos 3,5 millones de años.
La clave ha sido el nitrógeno presente en el esmalte de los dientes. Tiene dos isótopos estables, N15 y N14. Ambos tienen 7 protones, pero el 14 tiene otros 7 neutrones, mientras que el 15 tiene 8 neutrones. Existen de forma natural. Los depredadores tienen en sus cuerpos más cantidad de Nitrógeno 14, al compararlos con los herbívoros. Mientras que en los primeros Australopitecus el esmalte tenía una cantidad de nitrógeno similar al de los herbívoros, lo que revela que se alimentaban de plantas y poca o ninguna carne. Esto pone en cuestión el papel en la evolución humana, dado que se cifra en 'Homo habilis' (hace 2,4-1.4 millones de años) el incorporar carne en su dieta, a través de carroñeo y consumo de médula ósea y se refería a los Australopithecus como que eran en su mayoría frugívoros y recolectores de vegetales.
El cerebro es un órgano que consume mucha energía y la carne proporciona una fuente rica en calorías, proteínas y grasas. Se ha formulado la hipótesis de que este cambio dietético impulsó el aumento del volumen cerebral de 'Homo habilis' (600-750 cm3) y más tarde de Homo erectus (850-1,100 cm3). Pero los datos aportados ponen en cuestión esta aseveración, porque en los Australopitecus se han detectado huellas de ingesta de carne, midiendo niveles de isótopos en esmalte de dientes fosilizados datados 3,5 millones de años.
Después el Homo erectus desarrolló la caza activa (hace unos 1.9 millones de años), con herramientas más avanzadas y el aparato digestivo se redujo, lo que implica una dieta más rica en nutrientes y una digestión más fácil. El fuego y la cocción se descubren en torno a hace 1,5 millones de años. El homo erectus usaba el fuego para cocinar, aunque la evidencia de que estuvo controlado se data con el 'Homo heidelbergensis' (hace unos 700.000 años).
El consumo de carne favoreció la cooperación y la socialización durante la caza, la necesidad de coordinarse, incrementando la comunicación y desarrollo cognitivo.
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