
Secciones
Servicios
Destacamos
Los antiguos pobladores de distintas partes del mundo iniciaron su itinerario culinario empleando las herramientas propias del momento, que distan mucho de ser las actuales. ... Hoy empleamos morteros, tablas de cortar y un sinfín de utensilios que la tecnología ha ido incorporando a las tareas culinarias. Atrás, cuando empezaba la humanidad, se solían usar manos y metates. Es cosa de la arqueología, porque hay que sumergirse en épocas remotas para dilucidar técnicas primitivas, haciendo uso de la tecnología más avanzada.
Un metate es una piedra grande, plana, propia de superficies rocosas que se dan en depresiones de cualquier punto de la Tierra. Una mano es una herramienta de piedra utilizada como prótesis o extensión en la mano humana, para moler y conseguir pulverizar tanto vegetales como animales, o partes de ellos, situados sobre un metate. Se han descubierto metates, con cierta profusión, en los yacimientos arqueológicos, datando en algún caso hasta más de 15.000 años.
Ahora, se han hecho públicos en la revista American Antiquity, unos estudios realizados por Stefania Wilks, del Museo de Historia Natural de Utah, en Warner Valley, en Oregón, empleando técnicas microscópicas con objeto de dilucidar el uso de mano y metates por los nativos de Norteamérica. Los metates estudiados son oblongos y tallados la mayoría en piedra arenisca. En otros lugares del mundo los metates son circulares.
El trabajo se ha desarrollado centrándose en los gránulos de almidón residuales procedentes de la labor de los nativos cuando procesaban materia vegetal. Se habían introducido en pequeñas grietas de la roca, que le sirvió de protección evitando ser barridos por el viento y desplazados por la lluvia a lo largo de miles de años. Se procedió a fregar la superficie de los metates con cepillo y agua y se procedió a aplicar defloculante para romper las partículas desmembradas y liberaras de las grietas de la piedra donde se encontraban protegidas. Rocas cercanas que no se habían usado como metates sirvieron de control. Analizadas las muestras bajo microscopio, se confirmó que se trataba de gránulos de almidón.
El siguiente paso consistió en identificar de qué plantas podrían proceder, que serían las propias de la época. El tamaño de los gránulos encontrados no superaba la décima de milímetro de anchura. Los gránulos de almidón de la zona constaban de un grupo de plantas de la familia de las zanahorias y también había plantas silvestres, quizá centeno salvaje y plantas de la familia de los lirios. Por cierto, en este caso, estas plantas siguen siendo fuentes de alimento de los pueblos indígenas locales.
La aportación significativa consiste en el empleo de las muestras de almidón como elemento clave para el estudio de dietas de los antiguos en cualquier parte del mundo. El análisis de estas 'pistas invisibles' ofrece una vía inédita para reconstruir hábitos alimenticios pasados, en diversas culturas del mundo. Esta técnica abre nuevas posibilidades para entender cómo las comunidades antiguas se adaptaron a sus entornos y qué papel jugaron las plantas en la evolución de sus sistemas alimentarios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.