El local murciano Madre Tigre lleva la gastronomía regional a Hong Kong: «El caldero les voló la cabeza»
El chef molinense Jie Lin Wu y su equipo se lanzan en un viaje de investigación para llevar a la destilería Ping Pong un menú con guiños asiáticos
Noche de agosto en Hong Kong. En la destilería Ping Pong, ubicada en la isla sur, en la zona de Sai Ying Pun, cien comensales ... toman asiento para degustar un menú especial, solo disponible por esta vez. Tiradito de 'yellow fish' en escabeche con pimentón de la Vera, un 'wonton' con paté de morcón blanco y piparra, una original olla de cerdo, un caldero de galera del Mar Menor y paparajote con helado de limón como postre. Al mando de los fogones está el chef molinense Jie Lin Wu y su equipo de Madre Tigre, uno de los restaurantes de moda de Murcia, que se ha propuesto revolucionar la idea de la comida china en la ciudad. Pero, sobre todo, ser más que un local hostelero: un proyecto «muy cultural» que establezca un diálogo con el Lejano Oriente.
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La aventura de llevar allí la comida murciana ha puesto el broche dorado al primer año de vida de Madre Tigre, un restaurante que en Murcia propone el viaje inverso: acercar la comida callejera de los 'Dai pai dong' de Hong Kong a Murcia. De hecho, antes de poner en marcha el local, Jie Lin Wu no solo contaba con la experiencia adquirida durante años en Chinatown, el restaurante de su familia en Molina de Segura. El pasado verano, se marchó a Hong Kong para hacer trabajo de campo, un viaje de investigación que quiere repetir cada año con el equipo de Madre Tigre. O la familia, pues este mes todos han cogido un avión para pasar sus vacaciones entre China y Hong Kong, entre servicios en un restaurante y rutas de turismo, entre 'dumplings', degustaciones de comida picante y campos de arroz.
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Ese es el objetivo múltiple de esta travesía por el gigante asiático, pero también «conocer a varios cocineros del mundo y trabajar con alguien en nuestras vacaciones», resume Jie Lin Wu a LA VERDAD desde Hangzhou, una de las últimas paradas del viaje que comenzó en Hong Kong. «Allí ya tuve contacto el año pasado con Ping Pong, una destilería muy antigua que han nombrado como uno de los sitios a los que tienes que ir sí o sí en la ciudad. Se han rodado películas y se utiliza de manera cinematográfica en la universidad. Es un sitio emblemático», cuenta el chef molinense. Al frente está Juan Francisco Martínez, un cartagenero que se marchó hace años a este territorio autónomo al sur de China, donde se ha convertido en una referencia en el sector porque «lleva la cultura gastronómica de Murcia. Tiene jamón, tapas frías y algún 'dumpling' de chistorra».
Es decir, dos locales y una misma filosofía que quisieron mezclar en una cena conjunta, bajo reserva y con menú cerrado. Entre los contactos comerciales que Juan ha labrado durante años y los productos que se llevó Madre Tigre desde Murcia, los dos equipos aderezaron la carta con arroz de Calasparra, hojas de limonero, pimentón de la Vera y otros emblemas de la gastronomía murciana que atrajeron a un centenar de clientes.
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«Fue todo un éxito. Vino gente muy importante, de bufetes de abogados, empresarios, arquitectos...», cuenta Jie Lin Wu, que dotó de un guiño asiático a los platos para adaptarse a los paladares locales, conquistados por el paparajote o su versión de la olla de cerdo con la que ganó el CreaMurcia de gastronomía.
«Texturas que no conocían»
Pero hubo un plato que sobresalió durante el servicio. «El caldero les gustó mucho porque lo tomaban como un risotto, pero les sorprendió que fuera un sabor tan profundo a mar. Les volaba la cabeza. También llevaba una mayonesa, una alioli de ñora con una alcachofa crujiente por encima», explica el chef de Molina de Segura, que incide en la impresión que causaron las «texturas diferentes que ellos no habían probado en su vida». «Fue un éxito general, un bombazo, una ida de olla. Vino incluso gente de Murcia que trabaja en Hong Kong y que nos dio la enhorabuena por lograr que gente de la tierra haya abierto la mentalidad como cocineros».
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«Al terminar, todos nos fuimos a llorar. Fue un momento super-emotivo», recuerda el molinense mientras sigue su travesía por China. Los días posteriores los aprovechan para comprar en puestos tradicionales las especias que traen a Murcia, cogen ideas en Chongqing, capital mundial del picante, y descubren la impactante ciudad de Furong Town.
En general, un viaje para absorber conocimientos y capturar nuevos detalles que incorporar a su local de Murcia. «Queremos traer vajilla, mucho producto, cosas frescas como la pimienta de Sichuan. Es otro proyecto interesante: empezar a cultivar productos aquí», añade. En definitiva, nutrirse de ideas con la mente puesta en la segunda temporada de Madre Tigre, que reabre hoy sus puertas, pero con la cultura china y hongkonesa más presente que nunca. «Esto ha sido un orgullo. Poder decir: 'Creemos que este es el camino, estamos apostando por esto y creo que lo estamos haciendo bien'».
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