La Vermutería de Papá Juan: Vermú y berberechos

Juan Pérez, la segunda generación en el negocio, mantiene la estela de la coctelería que fue en su día Papá Juan, que estaba justo frente al local, y que ahora se ha reconvertido en una vermutería gracias, entre otras cosas, a que su padre estuvo trabajando en la elaboración de vermús en Cataluña hace ya algunos años.

El caso es que en el negocio conviven padres e hijo a las mil maravillas, ofreciendo, en cinco mesas bajas y tres altas, un picoteo a base de tostas y conservas ideal para esos días en los que uno necesita empezar bien el día.

Los berberechos extra –Espinaler, por 16 euros– llegan a mi mesa sobre medio limón escurrido. Sin un gramo de arena y de un sabor delicioso, solo echo en falta el caldo de la lata que es, sin duda lo que más me gusta de la conserva, y que se ha quedado gran parte por el camino. Mejillones 4/6 –Areoso, por 12 euros– de gran calidad, que acompaño con unas patatas fritas que me han servido por gentileza de la casa.

El vermú casero está delicioso. Lejos de los empalagosos tragos de los comerciales, el de Papá Juan está muy equilibrado, con cierto aire cítrico que lo aligera lo suficiente como para poder tomarte dos con cierta tranquilidad.

El local también elabora cócteles clásicos como el Americano, Spritz Aperol, Manhattan, Dry Martini o el Negroni, por si prefieres media vuelta de tuerca más en tu trago. Marineras, hueva, mojama, alcachofas y tostadas de queso con miel, ahumados, ibéricos, anchoa o escalivada con ventresca completan la escueta carta del local.

La vermutería sirve para un gran principio de jornada. A pesar de no tener espacio en el interior del local y ser todo terraza, Papá Juan es una parada obligada para los que buscamos un servicio agradable, un producto de calidad y, por qué no, un poco de intimidad sin necesidad de salir del centro de la capital. Todo un acierto.