De Cuadros: La esperanza alguaceña
Este restaurante es uno de los pocos locales de Alguazas que han apostado por ofrecer algo diferente a lo que el municipio ha visto en toda su historia
Fran Pinar abrió en Alguazas una cafetería en el bajo donde su padre, dueño del taller mecánico El Mangas, tenía una exposición de coches. La ... llamó De Cuadros y, tras diez años evolucionando, lo que en su día fue una cafetería más del pueblo se ha convertido en un referente gastronómico del fin de semana de Alguazas y alrededores, donde tienes que reservar con cierto tiempo si quieres encontrar mesa.
Del restaurante De Cuadros me gusta todo. El servicio de Fran y su equipo, el ambiente entre los comensales, la música de fondo, la comida, la puesta en escena, los sillones, las plantas colgadas y la carta de vinos pero, sobre todo, me gusta porque es la prueba viviente de que en Alguazas, como en cualquier sitio del mundo, se puede pensar a lo grande. De Cuadros es un caso único en la historia de la gastronomía local, donde, que yo recuerde, desde que abriera sus puertas Los Paquitos, o años después, el restaurante junto a la Torre Vieja -tristemente cerrada- no ha habido un restaurante que haya tenido tanta repercusión dentro y fuera del pueblo.
El caso es que De Cuadros ha confeccionado una carta para todos los gustos, por lo que uno puede ir a tomar una caña con una hamburguesa, una copa de vino con un picoteo o apretarse una vaca madurada trinchada al centro. Además, las croquetas, las gyozas y todo lo que recoge la carta lo elaboran en el propio local. Y se nota.
Yo pruebo una tosta de atún con unos brotes de lombarda y rabanitos para aportar el crujiente y un puntito de amargor. El tartar descansa sobre una crema muy ligera -parece ensaladilla muy triturada- que le da empaque al bocado, aunque echo de menos un poco más de sabor. Las croquetas de rabo de toro vienen tapadas por una lasca de jamón, salsa de tomate seco y un crujiente y se comportan crujientes por fuera y cremosas por dentro. Muy ricas.
El camarero llega con dos jeringuillas gigantes para aliñar la ensalada de burrata; todo un espectáculo
La ensalada de burrata es todo un espectáculo. El plato estrella, diría yo. Rúcula y cuatro tomates cherry acompañan a la bola de burrata que me espera en un plato que simula un nido de pájaro. El camarero se acerca con dos jeringuillas gigantes con una salsa de tomate y otra de pesto a cada lado para inyectar ambas soluciones culinarias en el interior del queso. Al partir la bola, ambas salsas terminan por aliñar el plato en lo que podríamos catalogar como un plato diez, ya que cumple con todos los parámetros organolépticos y de puesta en escena.
Gyozas de chato murciano
De buen nivel encuentro las gyozas de chato murciano. Más interesantes quizás por la suavidad de la pasta que por el relleno o la salsa que las acompaña, pero interesantes igualmente.
Termino con dos platos fuertes de la carta. Por un lado, una estupenda hamburguesa de vaca gallega, perfectamente cocinada al punto que minutos antes le había marcado al camarero. La pluma de cerdo ibérico sale de cocina de igual forma. Al ser cerdo, pido expresamente punto más de cocción y el resultado es perfecto. Bien de sabor, textura y temperatura.
De Cuadros
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Dirección: C/ Las Escuelas, 63. Alguazas
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Teléfono: 626 976 563.
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Horario De viernes a domingos
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Precio medio: Unos 40 euros.
El fin de fiesta lo pone una tarta de queso al estilo de La Viña, como no puede ser de otra forma, muy bien ejecutada, en lo que es la confirmación de que Fran se ha preocupado por traer hasta su restaurante los platos más actuales, las presentaciones más chocantes y el servicio más profesional que ha encontrado sin importarle un pimiento estar en Alguazas, un pueblo que es mucho mejor con locales como De Cuadros.
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