Cocina tradicional con buena carne en San Pedro del Pinatar
El restaurante Acapulco lleva años lleno hasta la bandera gracias a unos precios populares, buen producto y un servicio ágil y atento
Yo tampoco pensaría en pedirme carne a la piedra si voy a comer a San Pedro del Pinatar, así de primeras. No soy lilo del ... todo. Pero hay veces que uno reserva un apartamento o un hotel en la costa murciana y, a los cuatro días de hincharse a calamares, langostinos, gallo pedros y lubinas, llega ese momento en el que se pone a soñar con un poco de sangrante carne roja.
La línea del restaurante Acapulco es la de moderar bastante los precios, ofrecer una cocina tradicional al gusto de todos e incorporar algunas carnes rojas para quien quiera salirse del producto marino. Y la idea lleva funcionando desde hace años. Quizás no ofrece el servicio más simpático a este lado del Mississippi pero, desde luego, los platos van y vienen con agilidad y rapidez. O sea, podemos decir que van al turrón, sin muchas florituras.
Valoración
6
Cocina
6
Calidad/precio
7
Servicio
6
Local
6
Bodega
6
Datos
-
Acapulco (San Pedro del Pinatar)
-
Precio medio: Unos 40 euros por persona.
En la carta encontramos todos los palos de la baraja regional, como marineras, caballitos, calamar a la plancha o andaluza, gambas al ajillo, huevas o letones, entre otros. Pero también hay algunos clásicos que han permanecido por alguna cuestión que se me escapa. Por poner algunos ejemplos, los muslitos de mar, los crepes de marisco, el carpaccio de salmón ahumado o el huevo de codorniz con chorizo. Media docena de croquetas de diferentes sabores, ensaladas, arroces, pescados varios y, sobre todo, un gran surtido de carnes como solomillos de ternera, chuletillas de lechal con ajos tiernos, cochinillo, pluma ibérica, chuletón, hamburguesas de Kobe, paletilla de lechazo a la murciana y vaca a la piedra.
Las jarras de cerveza van de una mesa a otra con alegría. El murmullo es alegre y constante y la ensalada de bonito con mejores encurtidos que tomates. También encuentro buenos los filetes de pescado en salazón, unas inmensas gambas al ajillo con un aceite para sopar con insistencia y los chipirones salteados. De verdad que todos los entrantes están muy ricos.
El premio final
Pero el premio final vino con la carne a la piedra. La ilusión de tener que hacerte la carne en la piedra volcánica se va apagando al tiempo que el calor va menguando del hornillo. El calor del artefacto en el centro de la mesa hay que soportarlo y lo que al principio es una cocción viva que marca bien los finos filetes de ternera, termina siendo más una cocción que una plancha. Pero vamos, que eso es más propio de la piedra, no del restaurante. Además, el local te cambia la piedra las veces que necesites.
Truco: dorar la carne solo por una parte para dejar un punto crudo y otro bien hecho
A mí me gusta pasar un poco de grasa por encima de la plancha y poner bien de sal gorda para que la carne vaya cogiendo la que necesita. Otro truco que suelo hacer es solo dorarla por una parte del filete, lo que me deja un punto crudo y otro bien hecho, aportando el efecto Maillard y la textura suave de la carne en el mismo bocado.
En resumidas cuentas, yo lo disfruté. Me gustó encontrar este tipo de carne en la costa de San Pedro y la propuesta gastronómica la veo perfecta para ir con familia o amigos, entre otras cosas, porque el precio es bastante razonable.
Al terminar, asiático, vaquerito y la tranquilidad que da ver a los jubilados ir llegando en la sobremesa para echar la partida. Con el 'extra' de hacerlo junto al mar. Larga vida.
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