La cantera sardinera se gradúa con su tercer desfile

El Entierro Infantil, en su tercera edición, llenó este miércoles las calles del centro de Murcia de música y regalos antes del gran desfile que protagonizarán sus mayores el próximo sábado. Su inicio se hizo esperar una media hora, pero mereció la pena para miles de pequeños murcianos. El cortejo festivo, «una réplica del grande», según contaba el presidente de la Agrupación Sardinera, José Antonio Sánchez, discurrió desde la avenida Gutierrez Mellado al palacio del Almudí por el paseo Alfonso X El Sabio, la plaza circular, la avenida de la Constitución, la plaza de la Fuensanta, la Gran Vía y la plaza de Martínez Tornel. Frente al Almudí devoró el fuego el catafalco infantil, tras la lectura del testamento por parte del Gran Chirrete, Daniel Arcís, del Grupo Diana Cazadora, y de Doña Sardinilla, Isabel Nicolás, de Momo.

Los niños, rebosantes de ilusión, disfrutaron encima de las carrozas con las que recorrieron las principales vías de la ciudad durante más de dos horas. Todos los pequeños sardineros iban ataviados con la vestimenta característica de sus agrupaciones. Casi 500 'críos' protagonizaron el desfile repartidos en 21 remolques, dos menos que el año pasado. Entre ellas desfilaron una docena de grupos integrados por alumnos de las escuelas de danza, como las jóvenes bailarinas María Belando y María José García, que mostraban ayer su destreza y ritmo dentro del cortejo. Las plumas, el brillo y los colores fluorescentes dominaban sus estilismos al más puro estilo carnavalesco. Hasta una escuela de patinaje participó en la comitiva. Las tradicionales charangas musicales tampoco faltaron delante de cada grupo sardinero.

También destacó la presencia a tamaño gigante de diversos muñecos de Disney. Blancanieves, Minnie y el Pato Donald, entre otros, se ganaron así el aplauso de los más pequeños a su paso representando un gran teatro de calle, por el que se acercaban a todos aquellos niños que querían conocerlos. «Me hace ilusión verlos porque han venido de París a Murcia», exclamaba ilusionado Alfredo de 3 años, que acudía al desfile infantil por primera vez con su hermana Paula, de 4 años, y su madre. También esperaba que le dieran «muuuuuuuchos juguetes». Otras de las grandes atracciones fueron los espectáculos de fantasía como Casablanca.

En la mayoría de sillas los pies no llegaban al suelo. Pero también había miles de padres que no se quisieron perder el espectáculo con sus hijos. Algunos incluso acudieron en grupos. Este es el caso de María Fernández y María Dolores Tudela, que acudían con sus hijos, dos cada una, y sus parejas. Estos últimos esperaban emocionados tener la suerte de coger algún juguete. Peluches, pelotas y llaveros fueron los objetos más preciados para los espectadores. Manuel, de 9 años, ansiaba con ganas «coger mucho de lo que tiran de las carrozas». Los caramelos y demás alimentos hicieron las delicias de las familias congregadas. También fueron muchos niños acompañados de sus abuelos a disfrutar de la celebración. Pero la ilusión no es solo cosa suya y nutridos grupos de adolescentes bailaban, también, el reggaeton que sonaba desde las carrozas.

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