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Gastronomía murciana sobre ruedas: «Llevo cinco años saliendo con el carro en el Bando de la Huerta»
Decenas de familias decoran sus carritos y los llenan de comida para disfrutar de un pícnic en pleno centro de la ciudad
Paula Sinaí Martínez
Martes, 22 de abril 2025
Convertidos en un símbolo de los encuentros familiares tan característicos de las Fiestas de Primavera, los carros vuelven a salir a las calles murcianas decorados con flores y guirnaldas y cargados de comida. Familias enteras se reúnen desde primera hora de la mañana para preparar estas «barracas portátiles» que llenan de embutidos, refrescos y platos típicos con los que disfrutar sobre el césped en algún parque o sentados en un banco.
Desde el Malecón hasta el jardín frente a la Glorieta, pasando por Alfonso X y la plaza Circular, estos carros convierten el centro de la ciudad en un pícnic colectivo, en el que las familias se reúnen con vehículos que, en muchas ocasiones, son auténticas obras de ingeniería.
Este es el caso de Joaquín, que lleva desde 2019 sacando su carro a las calles de Murcia durante el día del Bando. «A mi suegro se lo dieron en el supermercado en el que trabajaba. Estaba abandonado en el garaje , así que se me ocurrió que podíamos decorarlo», cuenta. Cada año iban añadiendo un nuevo arreglo: primero sólo lo forraron por debajo, al año siguiente Joaquín le añadió un tejado, luego le construyeron una mesa y ahora incluso cuenta con un asiento para llevar a su hija pequeña.
El nombre de la niña, Emma, también decora la parte frontal del carro, construido con cañas y del que cuelgan frutas y embutidos. «Podemos meter toda la comida ahí y llevarla más fácilmente de un sitio a otro», explica Joaquín.
Otra obra fruto del ingenio es el carro de Miguel, que lleva sacando a la calle desde hace tres años. Lo que más llama la atención es la enorme figura de un patín rosa colocada sobre la estructura. «Tenemos un taller de patinetes, así que construimos esta figura con corcho y fibra de vidrio», cuenta. También le añadieron cañas para «identificar la tradición de la huerta».
Para Miguel, la principal ventaja es tener una forma de cargar toda la comida durante el día. «Nos sirve para trasladar las cosas de un lugar a otro, por lo que es mucho más fácil», añade. Del tejado del carro, sobre el patín, cuelgan decenas de ristras de salchicha seca y longaniza.
60 kilos de comida son los que lleva Mariano entre sus dos carros, que saca a la calle cada Bando de la Huerta desde hace cinco años. El primero es tan grande que se necesitan cuatro personas para llevarlo; el segundo, por su parte, lleva unida la figura de un pequeño caballo hecho de esparto. Trae incluso una bombona de butano, a la que conectan una plancha para poder hacer la carne. «Cada año le vamos añadiendo cosas. El que viene le pondremos placas solares», explica.
Y es que la sostenibilidad también es un factor clave en la elaboración de estos carros, muchos de ellos construidos con materiales de la huerta. Uno de ellos, llevado por una familia de casi veinte miembros, está diseñado con madera reciclada y cañizo murciano. «También lleva comida, como apio y limones, a modo de decoración», explican.
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Al diseño habitual han añadido un crespón negro como homenaje al Papa, que falleció este lunes. «Hoy es un día festivo, pero nosotros llevamos el luto», cuentan. En la parte trasera del carro también están colgados los «planos», dibujados en una servilleta. «Este es el sitio donde empecé a pensar el diseño. Las mejores ideas vienen de las reuniones en las que te tomas una cerveza», bromea uno de los miembros de esta extensa familia. Al ser tantos, el carro es la forma ideal de llevar la comida, la merienda y la cena. «Llevamos el menú completo», concluyen.