Los puntos más baratos de la Liga

Tiene, por tanto, aún más mérito lo que están consiguiendo este curso los Rubén Castro, Mo Dauda, Tejera, Gallar, Bodiger, De Blasis, Pablo Vázquez, Marc Martínez y compañía. Son séptimos, a tres puntos del 'playoff' de ascenso, y se han ganado a pulso el derecho a soñar (y hacernos soñar) con una clasificación para las eliminatorias por subir a Primera que serían históricas para el fútbol local.

Los puntos más baratos de la Liga SmartBank los logra la Ponferradina, quinto clasificado. 122.863 euros les ha costado a los bercianos cada uno de los 49 puntos sumados hasta ahora. Y después ya está el Cartagena, que a estas alturas de la competición cuenta con la segunda plantilla más rentable de la división de plata. Cada punto (suma 43) le ha costado 125.651 euros, un dato que está en las antípodas del que arroja en estos momentos el Leganés de Felipe Moreno y Nafti. 661.000 euros de inversión por cada punto obtenido es la cifra de los pepineros, que se han gastado 27 millones de euros en hacer un equipo que, de momento, está por detrás del Cartagena en la clasificación.

Huesca (520.294 euros por punto), Málaga (352.444), Las Palmas (291.878), Fuenlabrada (273.769) Sporting (283.028), Oviedo (241.707) o Ibiza (176.833) son otros ejemplos de clubes que han podido gastar más dinero en futbolistas que el Cartagena y están por detrás en la tabla.

El Cartagena, con 929.000 euros de déficit arrastrado del año pasado (pérdidas provocadas por el Covid, fundamentalmente), es el club de Segunda que más números en rojo presentó en la junta ordinaria de LaLiga celebrada el jueves en Madrid. Hay que decir que nueve equipos no aportaron información de sus movimientos por la utilización de patrimonio neto ni del ajuste según los resultados auditados de la temporada 2020-21.

Así las cosas, el límite de coste de plantilla deportiva del Cartagena ha bajado hasta los 5,4 millones de euros. En septiembre era de 6,1. Solo el Amorebieta (4,7) y el Lugo (5,1) han podido invertir menos en jugadores. Un recién ascendido como el Burgos se ha ido a los 7,1 millones. El Alcorcón, virtualmente descendido a 1ª RFEF, se ha gastado 6,7. Y otro recién llegado a la categoría como el Ibiza ha elevado su gasto hasta los 7,4 millones. El Mirandés, rival hoy del Efesé en Anduva, tiene un límite salarial final de 6 millones de euros.

Estos datos, que son oficiales y auditados por LaLiga, sirven para desmontar las distintas teorías que, sin ningún argumento de peso ni prueba válida, se han utilizado en los últimos meses para poner en duda el trabajo de la directiva albinegra y cuestionar el cumplimiento de las normas impuestas por la patronal. Sucedió en enero de 2021, cuando el Cartagena remodeló su plantilla para buscar la permanencia. En muchos lugares se acusó al club de estar rebasando su tope salarial, con LaLiga haciendo la vista gorda. Y algo parecido ocurrió el pasado verano. No había trampa. Solo había horas y horas y horas de negociaciones encaminadas a aprovechar al máximo hasta el último céntimo.

Todos estos números, además, vienen a demostrar lo que ya sabíamos: el Cartagena está en buenas manos. Paco Belmonte y Manuel Sánchez Breis no son infalibles, ni mucho menos. Se equivocan. El verano pasado, sin ir más lejos, cometieron dos errores flagrantes firmando a Luna y Kawaya. Pero los aciertos ganan por goleada a los fallos. Las renovaciones de Rubén Castro, Gallar y De Blasis o las apuestas por Pablo Vázquez, Bodiger y Mo Dauda así lo demuestran.

Durante mucho tiempo se escuchó el runrún de que el club necesitaba un director deportivo, a lo que Belmonte, siempre retador cuando se siente atacado, respondía con aquella célebre frase: «el Cartagena tiene actualmente la mejor comisión deportiva de su historia», se defendía. Los resultados hablan por sí solos. Ahora falta lo más difícil: rematar la faena con un ascenso. No me parece que vaya a suceder este año, pero sí creo que siguiendo por este camino eso finalmente acabará ocurriendo.