Lucho García: «Nunca me faltaron unos guantes gracias al sacrificio de mis padres»
«El Cartagena es una oportunidad para volver al fútbol profesional. Tengo la fe de que lo podemos conseguir»
Jesús Fernández
Cartagena
Viernes, 19 de septiembre 2025, 00:31
Lucho García (Barranquilla, 27 años) es la humildad hecha persona. En ese atributo ha basado su vida desde que era un crío. Llegó a España ... cuando tenía tres años de la mano de sus padres, las personas más importantes de su vida, que lo dieron todo para que a su hijo no le faltaran «guantes ni botas». Ahora es él quien se esfuerza para que los chavales de su país tengan un futuro a través de su fundación en Sevilla. Pasó por las inferiores de Real Madrid, Rayo Vallecano y la capital andaluza antes curtirse en el Dépor y en la Ponferradina. En el Rayo Majadahonda y en el Algeciras se hizo el dueño de la portería antes de llegar al Cartagena para intentar el ascenso a Segunda División. Un objetivo que quiere conseguir a base de trabajo y fe.
–¿Cómo se encuentra en el tiempo que lleva en Cartagena?
–La verdad es que me siento muy bien. Son dos meses en los que mi adaptación a la ciudad y al club ha sido buenísima. Estoy en una etapa muy feliz en mi vida. El club, el entrenador y los compañeros me han brindado su confianza y eso lo facilita todo a la hora de establecerte en un sitio.
–¿Qué le parece la ciudad?
–Estoy encantado. Muchos compañeros somos nuevos y nos estamos apoyando. También me gusta la gente. Noto un cariño especial hacia los jugadores, lo que me facilita mucho la adaptación. Soy una persona que siempre que llega a un sitio nuevo le gusta involucrarse y conocer la ciudad. De momento, lo que llevo visto me parece precioso.
–Es de los porteros más consolidados de la categoría. ¿Cómo ha sido su camino?
–He pasado por donde tenía que pasar. He estado en los clubes que tenía que estar. De todos me llevo un aprendizaje significativo. Ahora estoy en el lugar donde debo permanecer este año. Para mí, Cartagena es una oportunidad para volver al fútbol profesional y es un club que está destinado a ello. Tengo la fe de que lo conseguiremos.
«Desde pequeño siempre me gustó sentir la adrenalina de ayudar al equipo con paradas»
–El carácter luchador de su familia le ha enseñado a no tirar la toalla.
–Me ha hecho a ser resiliente. Vengo de una familia que llegamos de otro país, buscando oportunidades. Me he criado en España, pero he visto el esfuerzo que han hecho mis padres para sacarme adelante. A mí nunca me faltaron unos guantes ni unas botas gracias a su esfuerzo y sacrificio. Me acuerdo cuando se levantaban a las 4 de la mañana. Ese es mi mayor impulso. Tengo la suerte de que pueden disfrutar de mi profesión. Soy un afortunado porque me dedico a lo que me gusta.
–¿Qué significó poder decirle a su madre que dejase su trabajo de limpiadora?
–Es un sueño hecho realidad que lo vivo día a día. Tengo la suerte de vivir con ella y poder ayudarla en todo lo que esté en mi mano. Al Cartagena es un club al que le tengo que estar agradecido porque me permite seguir cumpliendo ese sueño de poder ayudar a mi madre. Vivo muy feliz y aquí ella está muy a gusto. Le encanta la ciudad.
–Creó una fundación para ayudar a chicos de su país a labrarse un futuro. ¿Cómo va ese proyecto?
–La fundación va bien. Mi padre ahora mismo es el presidente porque yo no tengo tiempo. Me siento superorgulloso de él por todo el trabajo que está haciendo. Ahora mismo puede haber 20 chicos en una parcela allí en Sevilla, en la que le estamos brindando la oportunidad, mediante clubes, Cáritas u otras asociaciones, para que no les falte de nada. Muchos chicos vienen con problemas de Colombia y que tengan una oportunidad así, ya sea estudiando o jugando, me hace sentirme orgulloso.
«No le temo al fallo. En el momento que ocurra, Dios no lo quiera, no me voy a rendir»
–¿Cómo es la situación de esos jóvenes en su país?
–Algunos vienen de estar en bandas. Otros porque los ha criado un familiar lejano. Y hay quienes vienen a buscar su última oportunidad porque en Colombia, si a los 15 años no has debutado en el fútbol profesional, prácticamente ya no sirves. Vienen aquí porque este es un país que da oportunidades. Ojalá más chicos puedan conseguir eso para que tengan un impulso para decidir si quieren volver a Colombia o quedarse aquí. Muchos han traído a sus familiares y están asentados aquí, buscándose la vida.
–¿Qué mensaje le manda a los chicos que quieren llegar a ser profesionales?
–Que llegarán personas que te digan que no puedes conseguirlo, que es muy complicado porque llegan muy pocos. Yo también era de esos chavales. Si le pones dedicación y fe, lo puedes conseguir.
–¿Por qué decidió ser portero en vez de otra posición?
–Siempre me ha gustado el hecho de ser diferente. A mí de pequeño me eligieron porque era el más grande. A muchos les genera temor esa incertidumbre de que en cualquier momento puedas equivocarte y fallar. A mí esa adrenalina me gusta y sentir esa responsabilidad para poder ayudar al equipo con paradas me encanta desde pequeño.
«Uno puede ganar dinero jugando al fútbol, pero esos momentos son inolvidables»
–¿Cómo se define bajo los palos? ¿Es importante ser un líder?
–Me considero un portero valiente, comunicativo y líder desde atrás. Creo que en esta categoría cualquier portero para y la diferencia está en los pequeños detalles, como el juego aéreo, el de pies y la interpretación del fútbol. Nosotros tenemos que ser líderes. Vemos todo desde atrás. Tenemos que interpretar las situaciones en salida de balón y balones a la espalda de los centrales.
–¿Cuánto le duele fallar?
–Duele muchísimo. Es una responsabilidad, que es hasta adictiva, porque cuando paras un balón, en el que ya están cantando el gol, tú eres el héroe. Fallar claro que duele, pero el cómo nos levantamos es lo que siempre me ha hecho más fuerte. No le temo al fallo porque en el momento que ocurra, Dios no lo quiera,estoy seguro de que no me voy a rendir y voy a seguir luchando. Espero no fallar mucho este año.
–¿Qué ha aprendido cuando le ha tocado ser suplente?
–Sacas un aprendizaje brutal. Me acuerdo en la Ponferradina, que aprendí muchísimo de mi compañero Amir. O en el Sevilla Atlético, que tenía un rol especial porque era el tercer portero del primer equipo y muchos entrenamientos con mi equipo me los perdía. Eso generó que jugara mi compañero. Pierdes ese rol de titular aunque estés en un primer equipo, a un paso de debutar en Primera División. Son experiencias y situaciones que un portero tiene que vivir.
–¿Por qué decidió fichar por el Cartagena?
–Tuve muchas conversaciones con mi representante y me puso encima de la mesa varios clubes, incluso de mi país y del extranjero. Pero la llamada de Manolo Sánchez Breis, en la que me presenta el proyecto, se ajustó a lo que yo quería. Mi primera idea es subir a Segunda División y este club es un sitio idóneo para poder conseguirlo. Estoy feliz y totalmente satisfecho con la decisión que tomé.
«Muchos jóvenes llegan de Colombia con problemas y les brindamos una nueva oportunidad»
–¿Le prometieron la titularidad?
–Yo siempre en mi mente lo soy. Si no confío en mí mismo, ¿quién va a confiar en mí? Yo llegué pensando que iba a ser titular y estoy con eso siempre en la cabeza. Pero ya sea aquí o si me ficha el Real Madrid, siempre voy a ir con esa actitud porque tengo que confiar en mí y en mis condiciones. Luego, el míster decide. Tengo dos compañeros que me hacen tener una competitividad superbuena porque no se relajan nunca y eso me hace a mí estar al 100%. Tengo la suerte de que el míster esté confiando en mí y yo lo tengo que devolver con mi buen juego y mi compromiso.
–Inmejorable su estreno en el Cartagonova con esa parada salvadora. ¿Qué sintió?
–Lo visualicé mucho el poder tener una situación así. En las primeras impresiones siempre quieres hacerlo bien para conectar con la afición. Como si fuera un sueño. Estoy muy feliz por vivir ese momento, por esa conexión con la afición donde corearon mi nombre al final del partido. Es algo bonito. En el fútbol, uno puede ganar dinero, pero esos momentos son inolvidables y ojalá pueda vivir muchos en este estadio.
–¿Cómo ve al equipo?
–Cada día tenemos más sinergias. El grupo viene trabajando bien. El míster es una persona que nos exige en todo momento y eso nos hace elevar nuestro rendimiento cada día. Aún nos falta para llegar a lo que queremos, pero vamos por el camino perfecto.
–Desde su experiencia, ¿cuál es el mejor camino?
–Ir partido a partido, sabiendo que va a haber campos muy complicados donde no podemos dejarnos puntos. El equipo lo tiene claro y cuando se tiene que poner el mono de trabajo, se lo pone. Deseando que lleguen todos esos partidos para vivir momentos bonitos.
–¿Cómo sería ascender aquí?
-Sería precioso. Es justo por lo que he venido a Cartagena.
–De los sueños que tiene, ¿cuál es el que más desea?
–Tengo muchos. Ahora mismo volver al fútbol profesional porque me acercaría a volver con la selección. He pasado por todas las categorías inferiores y me queda la absoluta. Me gustaría cumplirlo algún día. Ascendiendo al fútbol profesional, me acerco a eso.
–Antes de empezar el partido se arrodilla sobre el césped. ¿Cómo es ese momento?
–Mi oración siempre dando gracias por anticipado de lo que quiero que pase. Siempre intento agradecer porque tengo la oportunidad de jugar en un sitio donde Dios me ha puesto para dar mi mejor versión. Le doy gracias por el partido y porque nadie salga lesionado. Gracias a Dios me está yendo bien, me siento muy feliz y agradecido. Ponerme de rodillas es mi manera de agradecer y de conectar antes de un momento tan importante como es un partido.
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