Felipe, déjalo ya
Lo que pretende Moreno es dirigir el Real Murcia y controlar desde la sombra el Cartagena. Y esto, que es un imposible, ya no lo soporta nadie
A Felipe Moreno hay que agradecerle (y mucho) que hace diez años se fijara en el FC Cartagena y acudiera al rescate. Con su dinero ... y la gestión de aquel Paco Belmonte que en nada se parece a este Paco Belmonte, el club albinegro esquivó primero un descenso a Tercera, después una desaparición casi segura y finalmente logró unas temporadas de prosperidad absolutamente desconocida por estos lares. Llegó el ascenso y después vinieron cuatro temporadas inolvidables en Segunda. Sin embargo, esta última, que ha sido incalificable, nos la podíamos haber ahorrado si Moreno y Belmonte hubieran antepuesto el interés general del club al suyo propio.
Así las cosas, a Felipe Moreno, que siempre se mantuvo en la sombra y jamás quiso que se le vinculara con el Cartagena (ni en las buenas ni en las malas), hay que decirle que pare. Que lo deje ya. Que esto no va a ningún lado. Que no siga adelante, porque esto que lleva haciendo desde que entró en el Real Murcia en marzo de 2023 no tiene ninguna lógica. Y va a terminar muy mal. Está muy metido en su papel de 'hombre de fútbol', quiere controlar el mayor número posible de clubes y futbolistas y su propósito es hacer un buen negocio cada cinco minutos. Y eso es utópico.
Si a esto le sumamos que lo que pretende Moreno es dirigir el Real Murcia y controlar desde la sombra el Cartagena, ambos enemigos de toda la vida y este año rivales en el mismo grupo de Primera RFEF, podemos decir que lo que busca Felipe Moreno es un imposible. Puede ser legal, pero no ético. Y, desde luego, supone una condena de partida para el Efesé, reducido en la práctica a ser el segundo equipo del dueño del Real Murcia. Esto es insoportable y la afición del Cartagena, como demostró el pasado lunes, evidenció que ya no lo soporta ni un minuto más.
Antes había mentiras. Ahora, silencio y más mentiras. Y así no se puede construir un proyecto de futuro
Moreno tiene el 85% de las acciones del FC Cartagena, aunque lo siga negando, y él ha impedido hasta en tres ocasiones la entrada en el club de inversores que venían a empezar de cero. Siempre que el Cartagena ha estado vendido, él ha tumbado esa operación. Y eso ha sucedido porque no quiere que nadie levante las alfombras ni abra las ventanas para que entre aire fresco.
Al final, Moreno y Belmonte nos quieren colar una presunta venta que solo es un trampantojo. Los Arribas vienen porque Moreno entiende que son de los suyos y nada va a cambiar sustancialmente. Y vienen porque a Moreno le interesa, no porque le interese al Cartagena. Fue grotesco cómo Belmonte anunció hace una semana el principio de acuerdo, una hora antes de presentar una campaña de abonados que nace muerta. Igual que el proyecto. Nadie da la cara. Nadie explica nada. Antes había mentiras. Ahora, silencio y más mentiras. Y así no se puede construir nada.
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