El Efesé se escabulle de la ratonera

Si lo que buscaban era vistosidad, se equivocaron de partido. Cambien de canal. Poco más que mucha briega, interrupciones y jugadas de estrategia se podía esperar de un terreno de hierba artificial y ocho metros más estrecho que el Cartagonova. Aquello parecía más una ratonera, una caja de cerillas, que un campo de fútbol. A ese guion más que previsto se adaptó mucho mejor un Villarrubia que le puso todo lo necesario para adelantarse en el marcador: más ritmo, intensidad y llegadas. Solo le faltó acierto y achuchar a Marc Martínez, al que apenas hizo tiritar.

El peor local de la categoría quiso darle una alegría a su gente. Lógico. Son solo 4 puntos de 21 y eso es insostenible, se mire por donde se mire. Le puso ganas y velocidad. Los de Javier Sánchez llevaron el peso del partido, es cierto. Pero no están ahí abajo por casualidad: son un clamor en defensa y de ahí pescó y sacó tajada un Cartagena siempre poco vistoso y reservado, a veces excesivamente. Fue un equipo más de remangarse que de brillar. Sin Carrasquilla, Elady ni Viana, le tocó volar a Jara por la derecha: al cuarto de hora, un blando Carlos García se deshizo ante la presión del almanseño, que enfiló los tres palos y recortó al portero para adelantar a los albinegros. Muchos quilates en esa jugada.

El Villarrubia no bajó los brazos. Y al fin, con intenciones pero sin remate, probó a Marc Martínez en el 25 con un buen disparo de Grillo. Gripados los de Munúa, García metió un centro raso y no lo remató el cartagenero Fran Cortés de chiripa, porque Andújar fue astuto y llegó antes al balón. En medio de tanta interrupción y de poco fútbol, Araujo fue de los pocos que arrojaron luz, buscando los balones entre líneas. En una retaguardia de broma, Jurado también subió unos metros y se la entregó a William. Al brasileño no le entró nadie: tuvo tiempo de tomar café en el borde del área y colocarla ajustada y rasita al palo largo. Con más acierto y regalos que fútbol, el Efesé ya llevaba un 0-2 en el saco.

El problema es que los de Sánchez no son de rendirse. Son puro corazón y fe. Lo de la puntería, la astucia y la experiencia es otra historia. Pero siempre quisieron ser protagonistas y nunca dejaron de intentarlo. En el último parpadeo del primer acto llegó un grave error defensivo de la defensa albinegra: una acción a balón parado de Minaya se paseó por el área, y de ahí hasta el fondo de la red. Si el Efesé quería llevarse los tres puntos, le tocaría sudar de lo lindo. Y le tocó.

Los locales no dieron un respiro a los albinegros, porque la historia no cambió en la segunda parte. El Cartagena, desde un principio, cedió el protagonismo a un Villarrubia que no notó el cansancio y asedió con centros laterales, saques de esquina y de banda, ya fueran García, Arribas o Copete los expertos. En un campo así era la única fórmula posible. O llegas de estrategia o rara vez consigues algo. Siempre quiso, pero rara vez pudo inquietar seriamente a Marc Martínez. En cualquier caso, el Villarrubia nunca dejó que el Efesé, por momentos impreciso, bajara la guardia. Ni un segundo. El encuentro se hizo demasiado largo y pesado para los albinegros, que pudieron cerrar el chiringuito con un contragolpe sorprendentemente mal finalizado por Caballero. No tuvo su día el argentino: Morales salió en falso y el balón le quedó muerto al ariete albinegro. Tenía la pelota encima y no la enderezó bien.

El resto de choque fue de nuevo depura entrega albinegra. Carlos David le sacó un balón bajo palos a Dieguito, y más tarde Carlos García lanzó por encima de la portería una buena combinación con Arribas y Minaya. Entre tanto, solo fue destacable una arrancada de William. En el tramo final, fruto de la desesperación e inquebrantable defensa rival, llegaron una batería de centros y una falta de Minaya que pegó en la madera y se marchó fuera. Hubo que sufrir mucho más que en otras salidas. El Cartagena sigue invicto fuera de casa y se escabulle de la ratonera de Villarrubia de los Ojos. Perfecto.