El Efesé afronta los últimos pagos del concurso que lo salvó del abismo

Lejos, muy en el horizonte, quedan ya aquellos años en los que palabras como concurso de acreedores o deuda, por ejemplo, sobrevolaban a a diario el entorno del Efesé. Sin haber pasado tanto, apenas seis años, aquel club que se desangraba lenta e incesantemente ahora es una entidad al corriente de pagos, sin la angustia diaria de no saber si había que echar la persiana o podía seguir funcionando. Días en los que una buena noticia era una gota de agua en el desierto porque lo económico, la parte más matemática y la que manda en esto del fútbol, entorpecía cualquier alegrón deportivo, por pequeño que fuera.

En marzo de 2015, el Cartagena entró en concurso de acreedores, una circunstancia nada agradable a la que van los que no han hecho los deberes, a los que no le salen las cuentas por causa de fuerza mayor o se empeñan en especular y sacar tajada personal ensuciando el deporte. Aún así, una vez llegados al concurso, se puede salvar la situación. Y, de hecho, así pasó en las oficinas del club.

«Salió todo mal, pero hicimos cosas muy buenas. Una fue poner en marcha el concurso de acreedores, que era la única manera de que el club no desapareciera», confesó hace un mes a LA VERDAD Javier Marco, abogado que puso la cara en el nefasto proyecto de Sporto Gol Man. Él y Javier Martínez arrancaron un trayecto que, aunque todavía no ha llegado a la orilla, pronto encontrará tierra firme que zanje cualquier duda heredada de un pasado que sería indignante comparar con el presente.

El Efesé lleva cumpliendo con los pagos desde que Paco Belmonte y Manolo Sánchez Breis tomaron el mando. Incluso en septiembre de 2017 la entidad anunció a bombo y platillo, no era para menos, que se había liquidado la deuda con Hacienda, principal acreedor. Poco más de un millón de euros que fue depositado en el fisco (una parte en metálico y otra a través de una póliza concedida por una entidad bancaria) para olvidarse de una vez por todas de ese miedo constante a que el Cartagena desapareciera. Como «el día más importante de los dos años y pico que llevamos aquí» lo describió el propio Belmonte entonces. Y ciertamente fue un paso de gigante.

Ahora, después de seis años de calma, todavía coletea esa deuda que tiene el Efesé con sus acreedores, pero se ha reducido de forma drástica. Dicho de otro modo, estaba previsto que así fuera y la tienen bajo control.

El Cartagena arrancó el concurso debiendo 4.924.980 euros, de los cuales casi dos millones pertenecían a créditos privilegiados (deuda con Hacienda y la Seguridad Social, o con los trabajadores), 965.227 eran ordinarios (con proveedores, por ejemplo) y 2.476.211 euros correspondían a crédito subordinado, que es el último en satisfacerse. Además, habían 34.535 euros de contingente, esto es, procesos judiciales pendientes cuando arrancó el concurso que no estaban resueltos.

Ahora, esa deuda total ha bajado hasta los 904.418 euros, una cantidad que este curso el club no tiene por qué pagar debido a que se encuentra en año de carencia por el ascenso logrado el pasado mes de julio en La Rosaleda de Málaga. Así se negoció. Si el Efesé abordaba LaLiga Smartbank habría una temporada en el que la entidad albinegra estaría exenta de pagos. Aún así, ha habido algún desembolso voluntario que ya se ha dejado hecho.

Esos casi dos millones de euros de crédito privilegiado y el contingente ya están abonados de forma íntegra. Solo restan por pagar 346.091 euros de ordinario y 592.863 de subordinado. Y conforme un acreedor requiere su parte, en las oficinas del Cartagonova se negocia y se zanja el asunto. Es el único camino para el saneamiento total.

Pero no solo en echar cuentas con la calculadora reside la paz económica del club. Sino también en lo deportivo. Porque, tal y como se acordó, los porcentajes de cantidad a pagar cada año varían según en qué categoría resida el Efesé. De momento, y al ser año en blanco, las cifras no se mueven. Pero si se lograse la ansiada permanencia en el fútbol profesional esa deuda aumentaría en un 10% al tener el club más músculo financiero. Pero esto no supondría un contratiempo importante puesto que el nivel de ingresos seguiría siendo tranquilizador. Eso sí, se reducirían los plazos para abonar lo adeudado. Incluso si los de Carrión se mantuvieran en Segunda, el Cartagena podría acelerar aún más el proceso y liquidar casi la totalidad del concurso.

Pero en caso de descenso, sin ser un bache destacable, las cuentas del club se resentirían, a pesar de las ayudas por bajar que otorga LaLiga. En dicho caso, 500.000 euros ya serían del ente organizador del fútbol profesional, correspondientes a la inscripción del equipo este año en la competición.